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El «guiño» al mundo gay tras la beatificación del papa Paulo VI

Publicado: 20.10.2014
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Este fin de semana hubo dos acontecimientos relevantes para el mundo católico. El primero, fue el término del Sínodo para la Familia, reunión cardenalicia citada por Jorge Bergoglio en la cual se abordaron las diferencias de opinión al interior de la curia sobre los homosexuales, y además cómo tratar a las personas que se divorcian.

El segundo, la beatificación del Papa Paulo VI, definido por su postulador como “un Papa antifacista e incomprendido”. Pasó a la historia por ser el pontífice que concluyó el Concilio Vaticano II, iniciado en 1962 por su predecesor Juan XXII, etapa considerada como una de las transformaciones más relevantes en la historia del Vaticano y que dio paso a nuevas instancias como el mismo Sínodo, una suerte de institución democrática. Claro, si se le compara con las otras del Vaticano.

Ambos hitos están cruzados por una arista que conecta al mundo secular y al laico: la homosexualidad.

En la reunión celebrada en Roma, donde asistieron 180 “padres sinodales” -entre ellos el cardenal Ricardo Ezzati-, se terminó aprobando un documento en el cual se llama a acoger “con respeto y sensibilidad” a los homosexuales, texto que reúne las propuestas de los obispos en ésta materia y que deberán trabajar de cara a un nuevo Sínodo en 2015, que también abordará el tema de la familia.

El resultado de la votación, punto por punto, fue divulgado a petición de Jorge Bergoglio y está disponible en el sitio web del Vaticano. Entre los 62 puntos discutidos, el N° 55 destaca por la votación dividida (118 a favor y 62 en contra) respecto de la materia que hoy genera más interés: la inclusión de los homosexuales en la iglesia.

En él se establece que «los hombres y las mujeres con tendencias homosexuales deben ser acogidos con respeto y delicadeza» y que se «evitará cualquier marca de discriminación», siguiendo lo expresado en un documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que ya había analizado el tema.

Sin embargo, en el siguiente punto se puede observar que califican como “totalmente inaceptable” cualquier tipo de presión para aceptar el matrimonio entre personas del mismo sexo, específicamente de parte de organismos internacionales que condicionan su ayuda financiera a los países más pobres. El documento no especifica cuáles son dichos organismos.

 

El nuevo beato: ¿gay?

El cardenal italiano Giovanni Battista Montini, gobernó la iglesia católica entre 1963 y 1978, y además de haber liderado parte importante del proceso de reforma de la curia, fue el autor de la controvertida encíclica Humanae Vitae.

Su beatificación, programada como ceremonia de clausura del Sínodo para la Familia, también supone un “guiño” al mundo homosexual.

Todo a raíz de una denuncia que hiciera en 1976 Roger Peyrefitte, escritor gay francés  que destapó un amorío entre el Papa Paulo VI y un actor italiano, llamado Paulo Carlini.

Según dijo, habían sido pareja, y al ser electo como sumo pontífice, escogió su nombre para dar una señal a quienes estaban en conocimiento de su orientación sexual.

Peyrefitte había decidió hacer pública la condición homosexual del Papa a raíz de la molestia que habían generado un serie de publicaciones de documentos vaticanos que condenaban el uso de anticonceptivos, la relaciones sexuales extramatrimoniales, la masturbación y, de paso, el rechazo a la homosexualidad. El intelectual, enardecido por la doble moral del “Papa Montini”, como también se le conocía, publicó un artículo en que afirmaba que su “afición” por los jóvenes italianos era conocida, además de mencionar la relación con Carlini.

El inusitado hecho provocó que Giovanni Battista saliera a la misma Plaza de San Pedro a desmentir “las cosas calumniosas y horribles que se han dicho sobre mi santa persona”, declaraciones de las cuales no existen registros. Aparentemente habrían sido eliminados por el mismo Vaticano.

El artículo de Peyrefitte hizo mención incluso de que el Giovanni Battista Montini viajaba a los Alpes en compañía de Carlini durante sus periodos de vacaciones, situación que también habría sido reportada también por el corresponsal para Roma del The New York Times, Paul Hoffman.

La duda sobre la orientación sexual de Paulo VI puede ser una mera coincidencia. Porque después de todo, su beatificación en el marco del cierre del Sínodo de la Familia, puede bien reconocer su obra catalogada como “modernizadora” de la Iglesia, pero también deja abierta la duda respecto del reconocimiento de su inclinación.

 

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