La decisión fue aprobada por partidos de izquierdas que lo propusieron: Barcelona en Común, con la alcaldesa Ada Colau a la cabeza, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y la Candidatura de Unidad Popular (CUP), la lista de la izquierda independentista radical.
Los socialistas del PSC se abstuvieron, mientras que el parido Partido Popular del presidente, Mariano Rajoy y de Ciudadanos votaron en contra. Ambos partidos argumentaron que el tratado todavía se está negociando y denunciaron al consistorio por utilizar las instituciones con fines partidistas.
La concejal del partido ERC, Trini Capdevila, señaló que los defensores del TTIP sostienen que generará crecimiento económico y puestos de trabajo algo que «no se corresponde con la realidad» según consignaron medios locales.
Capdevila criticó el «oscurantismo” de unas negociaciones a las que ni siquiera pueden asistir los eurodiputados en Bruselas.
Esta declaración es simbólica, dado que si finalmente se ratifica el acuerdo por la Comisión Europa y los Estados miembros, será de obligado cumplimiento y afectará a todos los niveles de la administración. Cientos de asociaciones y plataformas de toda Europa llevan meses haciendo campaña contra el TTIP y ya han reunido casi tres millones de firmas.