A pesar del acercamiento y la derogación de algunas leyes del bloqueo, medidas efectuadas por el presidente estadounidense Barack Obama, el grueso de la política de asedio económico, financiero y comercial, aún se mantiene en pie.
Por este motivo Cuba presentará nuevamente el documento que exige el cese al bloqueo y que ha sido presentado y aprobado mayoritariamente desde 1992, pero que no se ha podido llevar a cabo debido al veto que Estados Unidos tiene en la ONU como miembro permanente del Consejo de Seguridad.
Hace un mes, durante la celebración de los 70 años de la ONU, 50 mandatarios aplaudieron la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, pero emplazaron a este último país a eliminar el embargo calificándolo de anacrónico, injusto, que asfixia al pueblo cubano y resabio obsoleto de la guerra fría.
El contendido del texto presentado por la delegación cubana enfatiza en que a pesar del nuevo escenario, “en el periodo se ha mantenido el recrudecimiento del bloqueo en su dimensión financiera y extraterritorial, lo cual se evidencia en la imposición de multas millonarias contra bancos e instituciones financieras, como resultado de la persecución de las transacciones internacionales cubanas”.
El embargo económico es aplicado unilateralmente por Estados Unidos a Cuba desde 1962 año en que ocurrió la crisis de los misiles. Esta medida, según documentos desclasificados por la agencia de inteligencia de Estados Unidos, CIA, en 1991, se fundamenta en que “el único medio previsible que tenemos hoy para enajenar el apoyo interno a la Revolución, es a través del desencanto y el desaliento, basados en la insatisfacción y las dificultades económicas».
«Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba. Negarle dinero y suministros a Cuba, para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”, agrega.