Publicidad

Juicio contra Cristina Fernández en Argentina: Pruebas son tuits, recortes periodísticos y opinión de economistas opositores

Publicado: 12.04.2016
Publicidad

Una multitud esperaba a la ex presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner (CFK) en el aeropuerto de la capital trasandina. La «jefa» -como la llaman sus seguidores-, permanecía en su hogar en Santa Cruz desde que le entregó la presidencia al empresario Mauricio Macri hace 4 meses. Desde ahí, el silencio era su tónica: ante los ajustes y «tarifazos» del gobierno actual, así como ante los múltiples cuestionamientos por corrupción hacia su propia gestión. Pero una causa judicial la obligó a romper su autoexilio: convocada a declarar por el juez Bonadio en calidad de testigo por el caso de venta de dólares a futuro, una operación que habría significado una pérdida de 77 mil millones de pesos para las arcas estatales.

El tema es así: Se le acusa al ex presidente del Banco Central argentino Alejandro Vanoli de haber realizado operaciones de venta de dólares a futuro a un promedio de 10,60 pesos argentinos, cuando el billete se cotizaba a cerca de 15 pesos. Operación que habría tenido el aval político del ex ministro de Economía y actual diputado Axel Kiciloff y de la propia presidenta.

¿En qué consiste la venta de dólares a futuro? Se trata de un instrumento financiero común en el capitalismo globalizado actual. Es uno de los mecanismos utilizados por los Estados para incidir sobre el tipo de cambio, para evitar el costo de las fluctuaciones económicas permanentes. El contrato a futuro se usa para incidir sobre las expectativas de evolución futura del tipo de cambio. Es un acuerdo en el que dos partes se comprometen a un intercambio en un plazo determinado y es referido siempre a un activo y a una cantidad. Una parte se compromete a vender y la otra a comprar al precio acordado anteriormente. Si llegada la fecha el precio del activo es mayor a lo que se creía, el vendedor sufre pérdidas y el comprador sale ganando. Y viceversa.

Los beneficiarios de la venta de dólares a futuro, son casi siempre, los grandes bancos comerciales y las multinacionales, tal como lo hacen en otro tipo de acuerdos económicos con los Estados. Sin ir más lejos, el actual gobierno argentino está aplicando altísimas tasas de interés para contener la subida del dólar, que según algunos economistas estaría provocando pérdidas de miles de millones de dólares. Y el propio gobierno macrista está utilizando los dólares a futuro. El actual presidente del Banco Central Federico Sturzenegger haa firmado contratos ubicando el dólar sobre los 17 pesos para diciembre.

Teniendo en consideración el funcionamiento de la operación de dólares a futuro, difícilmente se trata de una figura de asociación ilícita por parte de la ex mandataria. Aunque no por eso deja de ser una operación política: la estimación de vender dólares a 10 pesos se condice con las proyecciones que entregaba el candidato peronista Daniel Scioli en campaña. Según expertos, la señal que enviaba el Banco Central era que si el Frente para la Victoria ganaba la elección, la devaluación del dólar no sería tan grande. 

Las pruebas contra Cristina

Las evidencias presentadas hasta ahora por el juez Bonadio y medios como Clarín llegan a ser irrisorias. Partiendo por la más increíble: un tuit del economista Pablo Gerchunoff, quien en septiembre del año pasado escribió en la red social: “Equidad es que cada argentino pueda acceder a los futuros de Vanoli. Por una república de iguales”.

Gerchunoff fue citado por Bonadio, donde se le preguntó -bajo juramento- si reconocía el tuit como suyo y si en verdad pensaba lo que había dicho ahí. Ante su sorpresa, declaró que se trata de medidas que «toman los gobiernos en situaciones inestables» y que difícilmente pueden ser consideradas materia de delito.  Pero eso no es todo: según el diario Página 12 -kirchnerista, cabe aclarar- las otras pruebas son las opiniones del periodista Marcelo Bonelli y de funcionarios macristas como el actual ministro de Hacienda Alfonso Prat-Gay, quien ha declarado dos veces ante Bonadio por la causa.

Al periodista Bonelli, otro reconocido opositor al kirchnerismo, se le citó por una nota de prensa en la que asegura que Vanoli obedecía las indicaciones del entonces ministro Kiciloff. Al preguntarle cómo sabía, señaló que eran «apreciaciones de público conocimiento».

Todavía no se conoce públicamente ninguna pericia contable que acredite las pérdidas millonarias. Además, en la pérdida también hay incidencia de la actual política económica: apenas asumió, el gobierno de Macri liberó la venta libre de dólares y terminó con el cepo cambiario que había impuesto CFK. Esto generó una devaluación del peso argentino y movimiento de precio único del dólar a 15 pesos, afectando los contratos anteriores.

En su declaración ante Bonadio, Kiciloff aseguró:  «En las 1.000 páginas del expediente, no hay ninguna denuncia sobre un eventual beneficio para algún funcionario, empresario u otra persona vinculada a la anterior gestión. Por caso, no se menciona ninguna sociedad off-shore en Bahamas o Panamá a nombre de ninguno de los supuestamente involucrados», en referencia al vínculo del presidente Macri con los Panamá Papers.

Los millones de los Kirchner

Fuera de la causa por dólares a futuro, existe una estrecha relación del matrimonio Kirchner con el dinero. Porque más allá de la polarización argentina, en la que políticos, jueces y medios de comunicación pueden ser parte de operaciones políticas, el dato del crecimiento de patrimonio del matrimonio K desde la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia en 2003 le pesa a la ex mandataria: si dicho año declaraban tener solo 2 millones de dólares en sus cuentas, tras 12 años de presidencia, sus bolsillos acumulan más de 60 millones de la divisa estadounidense.

Conocidos por sus negocios de especulación financiera durante los 90 -plena época del neoliberalismo de Menem, a quien además apoyaban públicamente- a los Kirchner los persiguen las acusaciones de corrupción de su gobierno. La causa Hotesur -no pago de impuestos de los hoteles que poseen en el sur argentino- o el lavado de dinero con el empresario Lázaro Baez, quien forjó su fortuna estableciendo negocios con Néstor Kirchner, son solo algunos de los casos con pruebas más sustanciales que los dólares a futuro.

Hace una semana, el presidente Mauricio Macri dijo que aboga por «una Argentina donde no haya impunidad”, en una clara alusión a las causas contra la ex mandataria. Siendo que él mismo está implicado en los Panamá Papers -además de otras causas de corrupción que se dieron mientras era alcalde de Buenos Aires-, la frase estaría más acorde para ambos.

Publicidad
Contenido relacionado

Trump y Biden se acusan mutuamente por disturbios raciales en EE.UU.

Pánico en China: Niña de sólo tres años sale volando por los aires con una cometa

Publicidad