La final de la Champions se vivió de la peor manera en Turín, ciudad que alberga a la Juventus de Italia y donde se realizaron masivas concentraciones de hinchas para ver el partido.
Debido al ambiente de creciente temor en Europa por el atentado terrorista vivido en Manchester durante un concierto de Ariana Grande, un falso aviso de bomba generó una tragedia en la plaza San Carlo de la ciudad italiana.
Cuando los hinchas de la Vecchia Signora escucharon varios petardos reventar se sembró el pánico por el rumor de un eventual ataque y provocó una estampida humana que dejó al menos 200 heridos.