La explosión de ayer sábado en Mogadiscio, Somalía, ha dejado un saldo de 237 muertos hasta ahora, en el que se considera el atentado suicida más grave en la historia de aquel país, según informó el funcionario de la policía Mohamed Dahir.
La mayoría de las víctimas son civiles, según afirmó Mohamed Yusuf del hospital de Madina. Además en el ataque resultaron heridas más de 350 personas.
Por ahora nadie se ha adjudicado el ataque, sin embargo el Gobierno responsabiliza a la milicia terrorista Al Shabbab.
La explosión se hizo en uno de los cruces más transitados de la capital Mogadiscio, donde el atacante condujo un camión a alta velocidad por una calle arrollando motocicletas y autos para finalmente hacer estallar el camión, según cuentan testigos.
La intervención de fuerzas de seguridad no fue suficiente debido a que el conductor logró llegar al cruce donde finalmente se inmoló. Las fuerzas de seguridad realizan normalmente controles a los vehículos en ese cruce.
La detonación destruyó y dañó numerosos edificios en la zona. Algunos edificios se vinieron abajo completamente y ventanas y puertas resultaron dañadas a cientos de metros.
El presidente del país, Mohamed Abdullahi Mohamed, describió el atentado como una tragedia nacional llamó a donar sangre para ayudar a las víctimas. Junto con esto anunció tres días de luto.
El país sufre continuamente atentados de Al Shabaab, vinculado a Al Qaeda, quienes tienen por objetivo instaurar un Estado religioso bajo el régimen de la Sharía o ley islámica en el país del Cuerno de África.
Se piensa que el objetivo del ataque era el hotel «Safari», que es popular entre somalíes que vuelven del extranjero, funcionarios del Gobierno y periodistas.