El ex presidente peruano Alberto Fujimori abandonó el pasado jueves la clínica de Lima donde se mantuvo internado por 12 días debido a supuestos problemas cardíacos. Esto, tras el polémico indulto que le otorgó el presidente Pedro Pablo Kuczynski.
A sus 79 años, Fujimori dejó la Clínica Centenario Peruano Japonesa junto a su hijo menor y el legislador Kenji Fujimori, uno de las personas claves en su liberación. El ex mandatario cumplió solo 12 de los 25 años de prisión a los que fue sentenciado por crímenes de lesa humanidad.
El ex jefe de Estado abandonó el recinto en silla de ruedas, levantando una mano para saludar a sus partidarios. Una hora después, ingresó al condominio privado en La Moneda, en el acomodado distrito este de la capital.
Fujimori se hospedará en casa del empresario Aldo Kruger, hijo de Germán Kruger, quien pagó la residencia donde el ex presidente estuvo bajo arresto domiciliario durante casi dos años en Chile.
Más tarde, su hija Keiko Fujimori celebró en redes sociales con una fotografía junto a su padre y sus cuatro hijos: «Muy contentos de darle la bienvenida a nuestro padre», escribió.
El indulto fue concebido en víspera de Navidad por el actual mandatario de Perú y desató una serie de críticas y protestas por parte de la familia de las víctimas. Kuczynsky cerró el acuerdo días después de salvarse de ser destituido en el Congreso por haber mentido sobre sus vínculos con la constructora Odebrecht.
Por su parte, los familiares de las víctimas del gobierno de Fujimori acudirán a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) con el objetivo de anular el indulto. La primera audiencia está programada para el 2 de febrero.
En tanto, el abogado Carlos Rivera, quien representa a las víctimas, señaló que «se completa la farsa. Queda en evidencia que Fujimori no es enfermo terminal. Hoy el crimen y la impunidad salen a la calle”, escribió en su Twitter.
El indulto provocó también las renuncias de dos ministros de Estado: Salvador del Solar y Jorge Nieto, de Cultura y Defensa, respectivamente.