Un anuncio de despidos masivos en la empresa estatal Tonghua Acero y Hierro, ubicada en la nororiental provincia de Jilin, en China, fue el detonante del asesinato de un empresario por parte de los trabajadores.
Los empleados, amenazados con perder el empleo, mataron a golpes a su director general, Chen Guojun, y después cortaron las carreteras de acceso a la fábrica y la vía del tren, detuvieron la producción, impidieron la entrada de ambulancias y se enfrentaron con la policía, con el resultado de un centenar de heridos.
2017 no fue un buen año para la industria metalúrgica en China, principal productor y consumidor mundial, y Tonghua Acero y Hierro se halla en medio de un proceso de fusión con otra privada, Jianlong Acero.
Las últimas subidas del precio del acero eran la primera buena noticia que recibían en años los trabajadores de Tonghua, en su mayoría accionistas. Así que cuando les dijeron que 25.000 de los 30.000 serían despedidos en tres días, el optimismo se convirtió en una violenta frustración.
Chen era poco querido por los trabajadores desde que se supo que su sueldo ascendió el año pasado a tres millones de yuanes (unos 300.000 euros), cuando los jubilados se iban con indemnizaciones de 200 yuanes (20 euros) por mes.
El Gobierno de Jilin anunció que posponía indefinidamente la fusión.