Hasta Argentina llegaron los coletazos de la Operación Huracán, el operativo que detuvo a ocho comuneros mapuche el 23 de septiembre del año pasado basándose en informes policiales que hoy están fuertemente cuestionados y se especula sobre un eventual montaje de parte de Carabineros en el caso.
Días después del operativo, el subsecretario del Interior Mahmud Aleuy había viajado a Argentina a reunirse y compartir antecedentes con autoridades de ese gobierno, entre ellas la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Tampoco habían pasado muchos días desde la enigmática desaparición del activista mapuche Santiago Maldonado en ese país.
Uno de los objetivos principales de la reunión fue la de compartir antecedentes sobre un eventual tráfico de armas entre movimientos mapuche de ambos países, por lo que resultaron fundamentales los mensajes rastreados en la Operación Huracán.
Conocidas las irregularidades de ese operativo, las críticas no solo llegaron a Carabineros y el gobierno de Chile, sino también para la ministra Bullrich en Argentina.
A través de una columna escrita en Nuestras Voces, el destacado cronista policial argentino Ricardo Ragendorfer -autor de libros como «La secta del gatillo: historia sucia de la policía bonaerense» (2002), «Los doblados» (2016) y «El otoño de los genocidas» (2017)- criticó duramente a la ministra.
En su escrito llamado «El informe trucho que Bullrich compró», Ragendorfer -quien ha seguido de cerca el caso de Santiago Maldonado- acusó que la información de la Operación Huracán le sirvió de excusa perfecta a Bullrich para montar una dura represión contra el pueblo mapuche.
Entre las acusaciones, está el que la información de Huracán hubiese sido incorporada en el protocolo de 180 páginas del Ministerio de Seguridad contra el «terrorismo mapuche» en la región.
Para Ragendorfer, además, el contenido «también incidió en la creación de un ‘comando unificado’ entre las fuerzas federales de seguridad y las policías de Neuquén, Río Negro y Chubut, en base a un convenio de la ministra con sus pares en aquellas tres provincias, Jorge Lara, Gastón Pérez Estevan y Pablo Durán».
«Si del otro lado de la cordillera se desplomaron todas las imposturas en torno a la CAM, ¿qué queda aquí de la RAM? ¿Qué valor tiene entonces el mamotreto ministerial de 180 páginas? ¿Qué subsiste del Comando Unificado con las provincias de Chubut, Río Negro y Neuquén? ¿Qué quedó del ‘enemigo interno’? Sólo Dios lo sabe», concluye el periodista y escritor.