Las calles de Río de Janeiro se llenaron el jueves por la noche por el asesinato de la concejal Marielle Franco, quien criticaba de manera abierta los asesinatos de la policía contra residentes pobres de la ciudad.
Ayer el gobierno afirmó que las balas que impactaron el cuerpo de la concejal fueron robadas a la policía hace algunos años e informó que estas municiones estarían relacionadas a otra matanza que ocurrió en Sao Paulo en 2015, según informa El Comercio.
Según la visión de investigadores, fiscales e incluso líderes de bandas de narcotraficantes, la muerte de Marielle Franco, quien tenía 38 años y era un líder en ascenso del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), correspondería a un asesinato político.
La activista por los derechos humanos y las causas de las mujeres, murió a causa de unos disparos que recibió en la zona norte de Río a las 21:30 horas del miércoles.
Hace algunas semanas, el Gobierno federal decretó que el Ejército brasileño se haría cargo de las operaciones de seguridad en Río hasta fin de año debido a que los asesinatos han aumentado de manera drástica en la ciudad.
Franco criticó de manera dura esta decisión y formaba parte de una comisión para supervisar la intervención militar, y afirmó que esto podría empeorar la violencia policial contra los residentes.
“Es demasiado pronto para afirmarlo, pero obviamente estamos viendo esto como un asesinato en respuesta a su trabajo político, esa es la teoría principal”, sostuvo un fiscal de Río de Janeiro, quien pidió que su nombre no fuera revelado, según informó Reuters.
La noche del jueves, miles de personas se congregaron en Río, Sao Paulo y otras ciudades, donde se exigió justicia para Franco y el fin de la violencia en el país.