“Acá no queremos a las mujeres. Hacen quilombo y denuncias. Ya vas a ver lo que te va a pasar”.
Así le gritó un taxista a su colega Natalia Gaitán durante la tarde del miércoles cuando se paró a para recoger pasajeros en el que terminal de Ómnibus de Mariano Moreno, en Rosario.
Natalia, de sus 39 años lleva 5 siendo trabajando como taxista, decidió abandonó el lugar para evitar conflictos mayores. Así, se fue a cenar con su familia a un bar y dejó estacionado el auto. Cuando salió, el baúl estaba rociado con líquido de freno.
En la mañana, la también presidenta de la Cámara de Mujeres Taxistas, organización que nació en 2017 y ya cuenta con 50 trabajadoras, recibió una llamada amenazante.
Desde un número privado, le advirtieron que si denunciaba le prendían fuego el auto. No era la primera vez. Un día antes, otro llamado le decía que le dijeran a una compañera que no volviera a tomar viajes en la Terminal y a ella misma ya le habían dicho que no se pasara por esa parada.
“La Municipalidad de Rosario me autorizó a trabajar y ellos me lo prohíben. Es lamentable que brinden un servicio público. Pienso en mis hijas y siento que es un peligro para los pasajeros. Tenemos la habilitación y queremos tomar viajes libremente”, dijo Gaitán a El Ciudadano de Argentina.
Natalia señala que a los taxista “les molesta que haya mujeres arriba de los taxis. Los que me insultaron estaban parados debajo de la garita donde no los toma la cámara».
Pero esto no es un caso aislado. En abril, miembros de la Asociación de Mujeres Conductoras (AMC) ya denunciaron amenazas y agresiones de los taxistas.
Por esto, las choferes se reunieron con la concejal Fernanda Gigliani, con quien fueron hasta el Ministerio Público de la Acusación para denunciar por asociación ilícita a la cooperativa Mariano Moreno, que agrupa a los conductores de la Terminal.
Al día siguiente, las ediles recibieron una carta a documento y un día después una nota firmada por ocho taxistas que le pidieron al presidente del Concejo una audiencia y una sanción para ellas. 24 horas mas tarde, recibieron una carta, y un día después otra nota firmada por ocho taxistas pidiendo al presidente del Concejo una audiencia y una sanción para ellas.
El día en que a Natalia Gaitán la echaron el terminal, le gritaron «por tu culpa y de las otras tortas de mierda las concejalas están haciendo lío».