Se suponía que la cadena nunca debía cortarse, era un contrato impuesto en el que Pepe, el mono, no tuvo otra oportunidad más que aceptar. Esa era su historia hasta que un grupo de rescatistas cortaron los barrotes de su cárcel para que pudiera conocer más que la carpa del circo donde lo tenían cautivo.
Pepe, un mono araña, pasó ocho años de su vida encadenado a una jaula, pero todo cambió tras una investigación que se realizó en un circo y que terminó con su liberación.
Los registros del momento en que conoce a las dos personas involucradas en la acción son enternecedoras y emocionantes. Lejos de ser arisco o tener miedo, Pepe se abalanzó hacia ellos, extendiendo sus brazos y piernas, amarrándose a sus nuevos amigos humanos, abrazándolos.
«Él necesita cariño y contacto físico para combatir contra la soledad que vivió, con gente que él supiera que no lo iba a dañar», dicen en el video de The Dodo, un sitio que se especializa ne contar historias de animales rescatados.
«Durante todo el proceso, él estuvo mirándonos a los ojos. Eso es muy raro. Hubo una real conexión en ese momento», cuentan.
Pero eso no es todo ya que estaban determinados en encontrarle un compañero que fuera de sus misma especie. Es así como dieron con un restaurante que tenía varios monos araña en cautiverio y lograron rescatar a Valerie, quien se convirtió en su compañera en el centro de rescate.