11 de los niños rescatados de la cueva Tham Luang en Tailandia dieron sus primeros pasos para convetirse en monjes budistas, en una ceremonia destinada a honrar a sus resctadores.
A ellos se les sumó su entrenador, quien también vivirá durante nueve días en un templo budista para cumplir con la promesa que le hicieron a sus familiares si salían de la cueva.
El gesto también tenía por objetivo honrar la memoria del teniente comandante Saman Kunan, quien murió en las labores de rescate mientras trasladaba tanques de oxígeno al interior de la gruta, según consigna CNN.
Por su parte, uno de los niños rescatados, Adul Sam-on, se marginó de la ceremonia por ser cristiano y realizó un rito en una iglesia local.
El resto de los niños iniciaron su proceso de una semana como monjes budistas desde hoy y permanecerán en el monasterio hasta el 3 de agosto.