Con 432 votos en contra y 202 a favor, el parlamento británico decidió rechazar el acuerdo del Brexit alcanzado con la Unión Europea por la primera ministra Theresa May en la votación realizada durante la jornada de ayer martes.
El líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, anunció la presentación de una moción de censura contra la primera ministra que se discutirá y votará este miércoles, aunque las primeras reacciones parlamentarias apuntan a que May logrará superar la instancia.
La moción de censura británica, llamada literalmente «moción de no confianza», no obliga a presentar un candidato alternativo, sino que, básicamente, es un mecanismo para provocar el adelanto electoral, junto a la propia decisión del Gobierno.
Y es por eso que May movió sus fichas primero y se ha adelantado a Corbyn, retándolo a presentar la moción, ya que prevé que su previsible fracaso puede ser interpretado como un respaldo en la confianza parlamentaria hacia el Ejecutivo.
Cabe destacar que una de las opciones que les queda a los británicos es la de realizar un Brexit tal cual como fue votado en el referéndum de junio de 2016, en el que un 51,9% dijo estar a favor de la salida de la UE, contra un 48,1% que se mostró a favor de la permanencia.
Sin embargo, expertos señalan que dicha opción podría ser demasiado arriesgada. El Fondo Monetario Internacional, por ejemplo, advirtió de los peligrosos efectos económicos que podría provocar esa alternativa.
Ahora Theresa May tiene plazo hasta el 21 de enero para plantear una nueva opción ante la Cámara de los Comunes y definir el futuro del Brexit.