“Hay un límite de tolerancia materno-infantil”. Esa es la frase que encendió la polémica en México, cuando el presidente de la Mesa en Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, criticó la senadora Martha Márquez por subirse a la tribuna a hablar junto a su guagua.
«Yo estaba haciendo mi exposición y me sorprendió mucho su comentario. Mi única reacción fue pedirle que me respetara”, contó la congresista del conservador Partido de Acción Nacional (PAN) a El País.
Márquez admitió que no fue hasta después, cuando vio los videos que reproducían el hecho, que tomó dimensión del comentario, lo que ahora la hizo catalogarlo como «un retrógrado”.
La senadora, que fue madre hace dos meses, decidió retomar su trabajo a las pocas semanas de dar a luz: “Llevo a mi hija a mi trabajo porque soy mujer y porque soy mamá. La bebé es muy pequeña y necesita alimentarse. Siempre he llevado a mis hijos al trabajo”.
También, la senadora reconoció que «sí pasó por mi mente, pero no lo haré. La seguiré trayendo el tiempo que sea necesario y mi trabajo me lo permita”, apunta.
“Es de esas dudas que nos surgen a las mujeres por los estigmas y señalamientos que sufrimos”, reflexionó.