La revista sobre política internacionacional Foreign Policy informó este lunes que el gobierno de Donald Trump intentó frenar la designación de la ex presidenta Michelle Bachelet como alta comisionada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos.
Las operaciones de Estados Unidos se habrían basado en la postura de Bachelet respecto a Israel, fotografías de de la ex mandataria con «dictadores latinoamericanos», además de su apoyo al aborto.
Habría sido la entonces embajadora de Estados Unidos en la ONU, Nikki Haley quien puso los primeros reparos al nombramiento de la chilena. Así lo manifestó mediante una carta al al secretario general del organismo, António Guterres.
En julio de 2018, el alto funcionario del Departamento de Estado norteamericano Kevin Moley y su asesora Mari Stull comunicaron también su negativa sobre Bachelet a David Vennet, quien era miembro del equipo de transición de Trump en materia de RR.EE y que luego se encargaría de las relaciones de la ONU con EE.UU.
En esas comunicaciones, Stull incluyó fotografías de Bachelet junto a «dictadores latinoamericanos».
Según Foreign Policy, Stull también reparó en la postura de la ex mandataria sobre la despenalización del aborto en tres causales que se había aprobado en Chile bajo su administración. «Pudo haber sido una figura global creíble si no hubiese estado decida a convertirse en la principal defensora mundial del aborto», indicó.
El 6 de agosto de 2018 el nombramiento de Bachelet estaba casi listo. Allí fue cuando desde EE.UU. volvieron a insistir en sus argumentos e incluso pidieron a Vennet que intercediera para suspender la llegada de la ex presidenta a la ONU. Sin embargo, ese mismo día el puesto fue ofrecido a la chilena.