El presidente de Perú, Martín Vizcarra, firmó la tarde de este lunes una orden suprema para la disolución del Congreso, luego de que los parlamentarios no dieran prioridad a la cuestión de confianza planteada por el Ejecutivo, que pretendía realizar cambios al proceso de elección de magistrados para el Tribunal Constitucional de dicho país.
Desde el fujimorismo en tanto, han llamado a votar una acusación constitucional contra el mandatario, ante lo que han denominado su «incapacidad moral» para gobernar.
Vizcarra afirmó en su discurso de hoy que el rechazo del Congreso a darle prioridad a su propuesta y los hechos de tensión que acompañaron la jornada, “subrayan la desvergüenza de la mayoría parlamentaria, trabajando para blindar a los suyos”.
“Desde el Congreso se intentó impedir al primer ministro ingresar al hemiciclo, no se dio la prioridad que la cuestión de confianza merece y se eligió al primer miembro del tribunal exprés en una dudosa votación”, sostuvo Viscarra.
Dadas estas situaciones, el mandatario anunció que “ante la negación fáctica de confianza, decidí disolver el Congreso y llamar a elecciones de congresistas de la República”.
Vizcarra recalcó que su accionar está contenido dentro de la Constitución peruana, y que debe ser “finalmente el pueblo el que decida. El cierre que dispongo está dentro de mis facultades contenidas en la Constitución dando fin a esta etapa de entrampamiento político. Que se defina en las urnas el futuro del país”.
Finalmente Vizcarra relató a sus oyentes que “estamos haciendo historia y espero que entiendan la importancia de esta lucha. Seguirán encontrando a este presidente para dar la lucha por el Perú”.
La denominada «cuestión de confianza» interpuesta hoy por el Gobierno y negada por el parlamento, pretendía efectuar modificaciones al proceso de elección de candidatos al Tribunal Constitucional (TC), el cual según alega el Gobierno no ha sido transparente y ha caído en diversas malas prácticas.