«Protestas criminalizadas y acción directa equiparada con terrorismo: se empieza a sentir como los malos y viejos días de Pinochet», comienza un artículo del periódico inglés The Guardian, titulado «El ‘peligro para la democracia’ en Chile no son los manifestantes. Es Piñera y el 1%».
En este reportaje, el periodista británico habla de las últimas semanas de movilizaciones, en las que describe cómo el movimiento fue evolucionando hasta que el Presidente Sebastián Piñera declaró que el país estaba «en guerra».
«Al pueblo chileno le han robado todo. Salud, educación, agua, transporte, todos los servicios básicos han sido privatizados. ¿Qué más queda por hacer? ¿Protestar pacíficamente? Ya lo han hecho», reza el texto del medio internacional, en el que el reportero habla de las manifestaciones por la educación gratuita, y de cómo todo ha ido siguiendo su curso hasta derivar en las actuales manifestaciones. Hasta hace un paso por la dictadura y la Constitución redactada por Jaime Guzmán.
Sin embargo, este no es el único medio extranjero que avala las demandas del pueblo de Chile, y que identifica las razones, culpables y las terribles consecuencias que ha tenido el conflicto.
«Es mutilación: La policía en Chile está dejando ciegos a los manifestantes», se titula un video del New York Times, en el que se muestran testimonios de algunos de los más de 200 heridos por perdigones o balines en los ojos.
En el registro audiovisual, las víctimas de la violencia policial cuentan, por ejemplo, cómo después de dispararles los mismos carbineros se burlan diciéndoles que perderán el ojo. Así, el diario se enfoca en mostrar el dolor y las consecuencias que deben enfrentar las personas que han quedado parcial o completamente ciegas, debido a los brutales protocolos de represión de los agentes del Estado chileno.
Otro ejemplo de artículos relacionados a la situación llega desde la BBC, con el reportaje de Verónica Smink, titulado «Protestas en Chile: la ‘epidemia’ de lesiones oculares que ponen en entredicho al gobierno de Piñera», en el cual se mencionan las cifras de los reportes oficiales del Instituto Nacional de Derechos Humanos.
23 personas muertas, más de 2.500 personas heridas – 400 de ellas por perdigones o balines» -, más de 180 lesionados oculares, muchos de los cuales han perdido o podrían perder la visión de uno de sus ojos. Esto sin mencionar el caso de Gustavo Gatica, quien fue herido en ambos ojos por los disparos de carabineros, y se encuentra en riesgo de quedar completamente ciego.
«Haciendo una revisión de los últimos 27 años, tomando todas las series publicadas respecto a personas que fueron dañadas con armas no letales en manifestaciones o áreas de conflictos -y estoy incluyendo a Israel, Palestina, Jerusalén, Gaza, entre muchos otros- en total son más de 1.900 lesionados por balines, y de ellos 300 tenían lesiones oculares», declaró el presidente de la Sociedad Chilena de Oftalmología al medio en aquel artículo, estableciendo que la situación chilena es inédita a nivel internacional.