En los Estados Unidos se han expulsado a miles de migrantes indocumentados como medida para disminuir el nivel de contagios por COVID-19 en el país, de acuerdo con las autoridades oficiales.
Esto, decretado por el presidente Donald Trump, quien hizo uso de los poderes temporales que el estado de Emergencia Nacional en los Estados Unidos le confiere.
Según lo recogido por el periódico estadounidense The Washington Post, son 10.000 los migrantes que han sido deportados de Estados Unidos a México, Honduras, Guatemala y El Salvador.
De acuerdo con el medio estadounidense, la medida particular que permite estas deportaciones entró en vigencia el 21 de marzo, la cual acelera el proceso de expulsión de personas indocumentadas en el país, permitiendo la deportación inmediata sin pasar por los procedimientos habituales de las leyes migratorias.
Junto con esto, informan que en el país existen 100 personas custodiadas en el paso fronterizo de Estados Unidos, en comparación con las 20.000 que se encontraban en la misma situación el año pasado.
Mark Morgan, comisionado interino de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. argumentó que las medidas «no se tratan de inmigración», sino de salud pública y de «presentar estrategias agresivas de mitigación y contención».
Sin embargo, Paola Luisi, la codirectora de la coalición Families Belong Together, critica que Trump está «utilizando una pandemia mundial para avanzar en una agenda de supremacía blanca sin tener en cuenta el bienestar de los niños y las familias«.