Este domingo el arzobispo de Lima, Carlos Castillo, realizó un acto de protesta a modo de crítica del sistema de salud del país vecino, realizando un inédito servicio sin feligreses, pero con el recinto eclesiástico repleto de retratos de más de 5.000 personas que murieron a causa del COVID-19.
En los más de 400 años de historia que tiene la catedral de Lima nunca se había realizado una misa vacía, que en este caso contó simbólicamente con un público conformado por las víctimas de la pandemia. Así, desde el martes de esta semana el arzobispado comenzó a preparar el recinto con fotografías que los familiares de los fallecidos enviaron al correo electrónico de la institución.
Castillo aseguró durante la misa que el sistema de salud peruano «está basado en el egoísmo y en el negocio, y no en la misericordia y en la solidaridad con la gente».
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Además, el religioso pidió a los ricos y poderosos ser solidarios con el hambre de los pobres. Esto, a una semana después que el Banco Mundial anunció que este año Perú tendrá una fuerte recesión económica de occidente, con una reducción que se estima en el 12% de su PIB.
«Se viene un momento más duro todavía, sería terrible que en el próximo tiempo tengamos miles de esas fotos pero de muertos por hambre, sería terrible que en el próximo tiempo los muertos que vengan no sean por el coronavirus sino porque nosotros no hemos abierto el puño», dijo el arzobispo.
La pandemia de coronavirus en Perú ha provocado hasta el sábado más de 6.400 muertes de pacientes, en un contexto en que se registran más de 225.000 casos de personas contagiadas, convirtiendo al vecino del norte en el segundo país con más infectados en Latinoamérica, después de Brasil.