Estados Unidos comienza este miércoles a escribir una nueva página de su historia tras una administración que deja la Casa Blanca en medio de polémicas y graves acusaciones hacia el empresario que este miércoles abandona el poder | Imagen: Twitter @BidenInaugural
Una serie de desafíos enfrenta la administración entrante en Estados Unidos, luego de casi 1.500 días marcados por un régimen autoritario en el que se reforzaron las medidas contra los inmigrantes y se impulsó una agenda que tropezó con la pandemia sucumbiendo a un mandatario que se evidenció más distanciado que nunca de la ciudadanía, desobedeciendo incluso las recomendaciones de la comunidad científica internacional para resguardar a la población. Con un país golpeado severamente por la crisis sanitaria, el reto de Biden es justamente revisar decenas de medidas impulsadas por su antecesor, como la salida del Acuerdo de París, que se comprometió a zanjar durante su primera semana en la Casa Blanca.
Aunque sólo fue un periodo, resumir un gobierno tan turbulento como el de Donald Trump es una tarea compleja: un país dividido, crecimiento de la retórica y la violencia racista, choques con socios y acercamientos a enemigos, negacionismo de la pandemia y una derrota electoral de impacto internacional que al mandatario aún le cuesta asumir.
A horas de que Joe Biden asuma la presidencia de Estados Unidos, varios son los momentos claves desde que el republicano, un multimillonario sin experiencia política, pero ampliamente conocido por su presencia en los medios y sus constantes polémicas, se convirtió en el presidente número 45 de EE.UU.
20 de enero: Tras ganar en noviembre de 2016, con casi 3 millones de votos populares menos que Hillary Clinton, Donald J. Trump se posesiona. Masivas protestas ese y otros días cercanos a la investidura, incluyendo la Marcha de las Mujeres en Washington, dejan un saldo que superó los 100 detenidos.
25 de enero: Trump oficializa su proyecto de construcción de un muro fronterizo con México, una de sus mayores promesas de campaña y adelanto de su política migratoria, lo que redundó en niños enjaulados en centros de detención, fin del Estatus de Protección Temporal, TPS, para varias naciones y una importante presión a “terceros países” para acoger a solicitantes de asilo.
1 de junio: Enemigo del concepto de cambio climático, al que considera un “invento” chino, Trump anuncia la salida de EE.UU. del Acuerdo de París sobre el clima por poner en “permanente desventaja” a la economía de su país, algo que se concreta el 4 de noviembre de 2020, en medio de la noche en que buscaba la reelección.
12 de agosto: Después del ataque racista en Charlottesville (Virginia), en el que un neonazi mata a una persona y lesiona a otra veintena al arrollar con su vehículo a unos manifestantes anti supremacistas, Trump asegura que había “gente muy buena” en ambos bandos.
6 de diciembre: Contrario al consenso internacional de buscar una salida negociada a la solución de “dos Estados” en el conflicto palestino-israelí, Trump reconoce a Jerusalén como capital de Israel, parte de una agresiva política en Oriente Medio.
8 de mayo: “Este era un acuerdo horrible, que sólo beneficiaba a una parte y que nunca, jamás, debió firmarse». Así anuncia Trump el retiro del acuerdo nuclear que EE.UU. había firmado con Irán, junto a Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania, y el regreso de las sanciones de su país a la nación persa.
12 de junio: El acercamiento entre dos enemigos declarados, algo casi imposible, se da con la histórica cumbre con el líder norcoreano, Kim Jon Un, en Singapur, más llena de gestos que de resultados, pese a que Trump insistió en relevar la cita. “Estamos desarrollando un vínculo muy especial”, sostuvo en esa ocasión. Un año después, en la militarizada frontera intercoreana, los dos gobernantes reactivan el diálogo sobre la desnuclearización.
6 de julio: EE.UU. impone un aumento de aranceles a los productos chinos por 34.000 millones de dólares por “prácticas desleales de comercio”, respondido por China con una medida similar, dando inicio a una guerra comercial que, entre tensiones y acuerdos, sigue sin resolverse.
16 de julio: Otro acercamiento con un rival. Trump se reúne en Helsinki con su homólogo ruso, Vladimir Putin, un encuentro en el que desestiman públicamente las viejas y nuevas revelaciones sobre la injerencia rusa en los comicios de 2016, algo criticado en su país, incluso dentro de su partido.
23 de enero: Sólo minutos después de que el jefe del Parlamento venezolano, Juan Guaidó, dice ser el presidente legítimo de su país, Trump reconoce al líder opositor como mandatario y advierte que “todas las opciones están sobre la mesa” en el país suramericano.
25 de enero: Tras un cierre parcial del gobierno durante 35 días, el más largo en la historia de EE.UU.y que afectó a 800.000 de los 2,1 millones de trabajadores federales, Trump accede a reabrir la administración con un decreto que no contempla fondos para el muro con México, una exigencia suya que provocó la crisis.
1 de febrero: Por considerar que «durante demasiado tiempo, Rusia ha violado con impunidad el Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF)”, Trump anuncia la retirada de ese pacto, destinado a eliminar los misiles nucleares y convencionales de rango corto y medio de los dos países. Al día siguiente, Rusia responde de forma recíproca.
18 de abril: Se publica una versión censurada del informe del fiscal especial Robert Mueller, encargado de investigar la “trama rusa” (la supuesta injerencia en los comicios de 2016), que dice que no hay pruebas de nexos de Trump con el Kremlin y tampoco de obstrucción a la justicia, pero tampoco lo exonera totalmente. El Departamento de Justicia cierra el caso sin presentar cargos en su contra.
14 de julio: En un nuevo episodio de acercamiento al racismo y al supremacismo blanco, Trump tuitea que las cuatro congresistas demócratas y latinas, musulmanas o afrodescendientes conocidas como “La Brigada” (“The Squad”) deberían «irse del país”, aunque son ciudadanas estadounidenses.
5 de febrero: Con un Senado de mayoría republicana que vota casi sin fisuras, Trump es absuelto de abuso de poder y obstrucción al Congreso por presionar a Ucrania para investigar a Joe Biden. «Han sido los filtradores (de información), los mentirosos y los policías sucios (los que han ido en mi contra), y esto nunca debe volver a pasarle a ningún otro presidente», dice vengativo y triunfalista, un día después.
25 de mayo: La muerte del afroamericano George Floyd a manos de un Policía en Mineápolis (Minesota) desencadena una ola de protestas y disturbios violentos en el país, a lo que Trump responde con ataques a la “izquierda radical”, a la que acusa de estar detrás de los manifestantes, la petición de mano dura contra ellos y el ofrecimiento de enviar al Ejército para enfrentarlos.
2 de octubre: Uno de los líderes más escépticos sobre una pandemia de la que su país es uno de los más afectados del mundo, Trump da positivo por coronavirus, tras meses de negarse a usar mascarilla y realizar actos de campaña sin las precauciones mínimas. Ocho días después, tras pasar por un hospital militar, vuelve a realizar un acto público en la Casa Blanca.
7 de noviembre: Cuatro días después de las elecciones y en medio del fin del conteo de votos, Trump arremete acusando fraude, un ataque a la “corrupta máquina demócrata” y las demandas judiciales de sus abogados en varios estados se suceden mientras los medios ya proyectan la victoria de Biden.
6 de enero: El día en que el Congreso tiene que confirmar a Biden como presidente electo, y tras un discurso en el que Trump reitera que “nunca” concederá su derrota e insta a sus seguidores a marchar hacia el Legislativo, decenas de personas asaltan el Capitolio, en una caótica jornada que deja al menos cinco muertos, un hecho que dio la vuelta al mundo y que el mandatario tardó en condenar.
13 de enero: A sólo siete días del fin de su mandato, la Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, aprueba el inicio de un segundo juicio político contra Trump, por “incitación a la insurrección” por el asalto al Capitolio, un proceso que pasará al Senado, pero que a la fecha se mantiene pendiente.
Un intenso trabajo tendrá Joe Biden una vez asuma su cargo de presidente junto a Kamala Harris, la primera mujer que ostentará la vicepresidencia de Estados Unidos, país que experimentará una serie de cambios que ya se anticipan y que evidencian un distanciamiento significativo respecto de la administración precedente.
En efecto, el nuevo mandatario tiene ya elaborada una decena de decretos que piensa firmar en sus diez primeros días en el poder, incluidas diversas órdenes que rubricará este miércoles, el día de su investidura.
Además de enviar este mismo 20 de enero al Congreso una propuesta de reforma migratoria que incluirá una vía a la ciudadanía para los 11 millones de inmigrantes indocumentados que hay en Estados Unidos e instar al parlamento a que apruebe su plan de estímulo económico de 1,9 billones de dólares, el nuevo presidente tomará varias medidas de manera unilateral.
Estas incluyen un decreto para devolver a Estados Unidos al Acuerdo de París sobre el clima y otro que acabará con el veto emitido por el mandatario Donald Trump a la entrada de viajeros procedentes de varios países de mayoría musulmana.
También ordenará una extensión de la moratoria a los pagos de los préstamos estudiantiles en el país, prorrogará las restricciones a los desahucios y ejecuciones hipotecarias, además de declarar el uso obligatorio de mascarillas contra el coronavirus en propiedades federales y transportes que crucen líneas estatales.
Al día siguiente de la investidura, el jueves 21, Biden firmará una serie de decretos relacionados con la pandemia, centrados en reabrir de forma segura escuelas y negocios, mitigar los contagios mediante una expansión de las pruebas de coronavirus y establecer estándares claros de salud pública, ilustró hace algunos días su jefe de gabinete en la Casa Blanca, Ron Klain.
El viernes 22, el demócrata pedirá a su gabinete que tomen «medidas inmediatas para dar alivio económico a las familias trabajadoras que se han llevado la peor parte de esta crisis», detalló Klain.
Entre el lunes 25 y el 1 de febrero, Biden firmará nuevos decretos, entre ellos algunos centrados en «restaurar la dignidad del sistema migratorio y las políticas fronterizas» para «comenzar el proceso difícil, pero crucial de reunir a las familias separadas en la frontera», agregó el nuevo funcionario estatal.
En su primera semana al mando de Estados Unidos, el abogado de profesión también tomará medidas para «afrontar la crisis climática con la urgencia que demanda la ciencia», para «expandir el acceso a cuidados de salud» de personas de bajos ingresos con el fin «reformar el sistema de justicia criminal».
Mantención de las restricciones de viaje a EEUU desde la UE y Brasil: Biden no levantará la restricciones de viaje internacional a partir del 26 de enero desde Europa y Brasil, tal como lo anunció este lunes Trump.
«Bajo el consejo de nuestro equipo médico, la administración no tiene previsto levantar estas restricciones el 26 de enero. De hecho, planeamos reforzar las medidas de salud pública en los viajes internacionales para mitigar aún más la extensión del COVID-19», anticipó esta semana Jen Psaki, su futura portavoz en un mensaje en Twitter.
También en el ámbito de un férreo combate a la pandemia, Biden tiene considerado acelerar la inoculación masiva, apostando ambiciosamente a inmunizar a 100 millones de estadounidenses durante sus primeros 100 días de gobierno.
Con la intención de entender qué le deja Trump a Estados Unidos y qué gana el país con la llegada de Biden, el académico y politólogo Patricio Zamorano, releva el triste legado del empresario que dentro de pocas horas le entrega la posta a Biden, quien se enfrenta a un desafiante mandato.
«Lo que le dejó Trump a Estados Unidos es un país quebrado en dos planos, tanto en el carácter interno con una tremenda polarización, y también un quiebre con la comunidad internacional. Joe Biden en este sentido, es un reconstructor de muchos planos de convivencia nacional y de convivencia internacional», asegura el experto.
¿Qué gana el país con la llegada del Partido Demócrata a la Casa Blanca? «Ya ha anunciado Biden que Estados Unidos va a volver a los tratados internacionales de medio ambiente, de salud y de seguridad. Especialmente (debe) reforzar el debilitamiento que Trump hizo de la OTAN y la asociación estratégica con los los Estados Unidos y otro tipo de instancias internacionales que Donald Trump ha boicoteado o debilitado gravemente», detalla Zamorano en diálogo con El Desconcierto desde Washington DC, su ciudad de residencia.
«Donald Trump entrega el país totalmente fracturado desde el punto de vista político y social, con una crisis de coronavirus que es una de las más graves del planeta en volumen, con una cantidad enorme de infectados y muertos y que explica en parte su gran derrota electoral», agrega luego el también director ejecutivo de la consultora Infoaméricas.info.
Para Zamorano, la herencia de Trump además tiene que ver con la entrega de «un país extremadamente polarizado desde el punto de vista racial, con un aumento de las divisiones sociales entre la población, con una división de carácter político entre los que se sienten identificados con el Partido Republicano y los demócratas y con un nivel de falta de convivencia grave en el congreso de Estados Unidos y en general con una integridad de la presidencia de EE.UU, muy afectada por los horrores, los crímenes y la desorganización grave que ha demostrado Donald Trump desde la presidencia de los Estados Unidos».
