Este lunes, en el marco de una “peregrinación penitencial” en Canadá, el papa Francisco se reunió con sobrevivientes de una antigua escuela de conversión para niños indígenas. El gran motivo de esta reunión fue renovar el pedido de perdón por el rol de la Iglesia Católica en lo que fue un siglo de violencia a menores.
Es importante destacar que en abril de este año, el Pontífice también se reunió con 130 pensionados indígenas en Canadá. Para dar un contexto, el Papa se disculpó por la situación que sufrieron los menores de esa época, los cuales fueron separados de sus padres y también de su lengua y cultura, además de que fue habitual que estos jóvenes sufrieran violencia física, psicológica y sexual.
En relación a lo que se ha caracterizado como un genocidio cultural, el papa Francisco declaró que lamenta la cooperación de la Iglesia Católica en esta situación, señalando que “llego hasta sus tierras para decirles personalmente que estoy dolido, para implorar a Dios el perdón, la sanación y la reconciliación; para manifestarles mi cercanía, para rezar con ustedes, y por ustedes (…) Lo siento“.
Además, añadió que estas escuelas “terminaron por marginar sistemáticamente a los pueblos indígenas (…) Sus lenguas y culturas fueron denigradas y suprimidas, los niños sufrieron abusos físicos y verbales, psicológicos y espirituales“.
La Iglesia Católica se sumó a las disculpas públicas, ya que tuvieron una implicancia directa en la situación. Además, actualmente es señalada como la principal responsable, ya que controlaba más del 60% de las escuelas.