Todos los miembros de Big Oil (ExxonMobil, Chevron, ConocoPhillips, BP, Shell, Total y Eni) informaron ganancias masivas para el segundo trimestre de 2022, con Exxon y Chevron logrando ganancias trimestrales récord, superando las ganancias en trimestres que registraron precios de $147 por barril en 2008.
En el caso del gigante petrolero británico Shell, este anunció un beneficio neto para trimestre de 7.100 millones de dólares, un alza récord del 26%, impulsado por el encarecimiento de los hidrocarburos debido a la guerra en Ucrania y el agotamiento de las reservas mundiales.
De acuerdo a lo informado por Shell, su facturación aumentó un 51% hasta los 84.200 millones de dólares en los tres primeros meses de 2022.
Por su parte, según lo informado por el medio alemán DW, BP se convirtió en la última de las grandes petroleras en anunciar un enorme aumento de los beneficios en el segundo semestre, con 8.500 millones de dólares, lo que supone más del triple de lo registrado en el mismo periodo del año anterior y su mayor beneficio trimestral en 14 años.
Los precios de los hidrocarburos han subido con fuerza en los últimos meses debido a los temores de desabastecimiento y las sanciones aplicadas a Rusia, gran exportador de petróleo y gas.
Este conflicto «ha causado perturbaciones significativas en los mercados de energía global y ha mostrado que una energía segura, fiable y asequible no se puede dar por supuesta», dijo el jefe ejecutivo de Shell, Ben van Beurden.
«Los impactos de esta incertidumbre y los gastos más elevados que conlleva se sienten por todas partes», añadió.
Las enormes ganancias obtenidas por los gigantes petroleros en medio de una crisis climática y energética a escala global reavivaron los llamados a establecer un impuesto excepcional para ayudar a los hogares con bajos ingresos a pagar sus exorbitantes facturas energéticas.
«Un impuesto sobre estos beneficios récord sería la forma más rápida y justa de aliviar la presión (de la inflación) sobre los hogares y reducir nuestra dependencia del petróleo y el gas, que está en el origen de la crisis del coste de la vida», señaló la ONG Greenpeace en un comunicado.