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Andrés Godoy: “El arte es una herramienta de transformación social”

Por: Cristofer Rodríguez | Publicado: 24.02.2020
El músico, productor y gestor cultural Andrés Godoy, inicia este lunes una nueva gira por Europa con más de una decena de conciertos para mostrar su estilo, el Tatap. Conversamos de sus próximos pasos profesionales, de la escasa mirada cultural de los políticos y de la música como elemento transformador de vidas y facilitador en la superación de obstáculos.

Su nombre no aparece en las planas estelares de la música popular chilena, pero su trabajo y aporte a la escena local se ha desarrollado de manera constante, cuyo alcance ha sido fundamental para el desarrollo del rock nacional. Miembro de la banda Andrés, Ernesto y Alejaica durante la dictadura, fue un puente entre los lenguajes del rock progresivo barrial y la trova bohemia y militante en la lucha cultural contra Pinochet. Gestor cultural y social vinculado a programas como Escuelas de Rock y Liberando Talentos, y productor de importantes bandas de rock como Los Peores de Chile y Sinergia, Andrés Godoy es también guitarrista y compositor que, como solista, posee una fecunda carrera en el extranjero.

– Además de desarrollar un estilo en particular, en algunas de tus canciones pueden leerse rasgos filosóficos. ¿Con qué se relacionan esas ideas específicamente?
– Nada es paradojal, exótico o milagroso, sino que es fruto de una persistencia irrenunciable. De hecho, mis giras por Asia siempre llevan el título de Never give up (Nunca renuncies). Y es quizás este título el que define mi quehacer como músico, gestor cultural, productor musical, asesor educacional. Pasa que vengo de abajo. Con mi hermano Iván, entre los 9 y 14 años en la playa de Cartagena vendíamos helados, pan de huevo o pescados. Había que ayudar a la empobrecida economía familiar. Al principio me daba vergüenza, pero peor era no tener nada para comer. Cuando tienes una pasión creo que ninguna tragedia o montaña puede impedir tu paso. Mi accidente fue trabajando en un molino y parecía el fin de mis posibilidades en la música. Ahora voy por tercera vez de invitado al Fingerstyle Vienn Fest, un festival consolidado con 10 años de vida.

– La música, como toda actividad que implique pasión, cariño, desarrollo de habilidades y destrezas, cumple un rol transformador en las personas. Tú has sido ejemplo de ello a modo biográfico, pero también profesional. ¿De qué manera explotas hoy esa dimensión transformadora de la música con las personas y la sociedad?
– Recientemente organizamos junto a amigos queridos y familia la Fundación Tatap, que tiene por objeto el desarrollo de las capacidades y cualidades de las personas a través de un método educativo. El despertar que me ofreció la tragedia con la música la asocio al despertar del pueblo de Chile. La dictadura y luego el neoliberalismo de la Concertación y la derecha produjeron el desastre que es hoy Chile, un país con la más alta tasa de depresión y de peor salud mental del continente, con una población que engorda a base de pan y comida chatarra, y cero inteligencia en la educación, con ancianos que deben trabajar porque sus jubilaciones no les alcanzan (17 mil de ellos se suicidan por año), con estudiantes que terminan sus carreras y se transforman en cesantes ilustrados, porque todo se privatizó o concesionó: el agua, los puertos, el desierto, los mares. Hay una larga lista de demandas sociales que el estallido está exigiendo y exigimos.

– Parece entonces que existe una distancia casi opuesta entre la visión política de la sociedad y el potencial sanador, transformador y expresivo del arte.
– Llevo trece años haciendo giras por el mundo y cada vez que salgo les escribo a las embajadas y consulados culturales y nunca responden. Los políticos no saben de cultura ni de música, solo están interesados en rentabilizar lo que se extrae de los recursos naturales y minerales. Solo los artistas creemos que el arte es una herramienta de transformación social para el desarrollo de habilidades e inteligencias múltiples.

– En relación a tu camino profesional, ¿cómo has visto desarrollarse el fingerstyle en la escena de guitarristas?
– Fingerstyle acoustic o Acoustic guitar es un circuito musical que comenzó en los ochenta. Al 2000 se había extendido fuerte por Norteamérica y varios países de Europa, principalmente Alemania, y atrayendo a guitarristas provenientes del mundo docto, el rock, el jazz, el folk. Luego el circuito creció aún más con figuras destellantes como Tommy Emmanuelle, Andy McKee, Don Ross y se expandió a China y a toda Asia abriendo nuevas posibilidades de desarrollo.

– ¿Cuál es el itinerario de la gira que tendrás por Europa?
– Ahora voy al Fingerstyle Vienn Fest y compartiré junto a Jom Gon y Petteri Sariola, estrellas del circuito. Luego tocaré en el Westenbadfriess en Wörm, lo mismo en Linz. En República Checa, tocaré en el programa de talentos Na Plovarne en la televisión, donde ha tocado Sting, B.B. King, John McLaughlin, Tommy Emmanuelle. Haré dos conciertos en Praga y luego continúo por Alemania, Bélgica y Francia en una decena más de conciertos. Para octubre, está planificada la gira por Asia, en China, Japón, Malasia, Singapur, Taiwan y Corea del Sur.

– Tienes cuatro discos editados y han pasado 14 años desde el último, La risa o el send (2006), que tuvo cierto grado de notoriedad mediática, con algunos singles sonando en las radios. ¿Algún plan discográfico en un futuro pronto?
– Durante mi próxima gira subiré un disco con 10 canciones que estarán disponibles gratis en mi sitio web. La idea de este disco es generar una forma diferente de intercambio. La gente podrá bajar el disco y si le gusta podrá aportar pagando lo que la persona considere. Si no le gusta, no paga nada. Si le gusta y no puede aportar, disfrútelo, y si le gusta y puede aportar, puede hacerlo de diversas maneras. La misma persona valorizará el disco. Si algunas personas aportan mucho más de lo que el disco vale, ese dinero irá a la Fundación Tatap para apoyar a escuelas vulneradas con objeto de desarrollar el Método Educativo Tatap. Lo que estamos haciendo es tratar de generar y construir una manera distinta de relacionarnos comercialmente. Algunos le llaman economía naranja, otra economía colaborativa. Yo le llamo economía de apoyo mutuo.

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