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En entrevista con El Desconcierto, la actriz Rosa Ramírez, actual directora del Gran Circo Teatro fundado por Pérez, se refirió a la situación actual de la compañía. Cesantes desde enero, primero por manifestarse a favor del estallido, y en la actualidad debido a la pandemia. Analizó también la delicada situación de los trabajadores teatrales y recuerda cómo lograron, a punta de insistencia, que hoy se conmemore el Día Nacional del Teatro.
Que el 11 de mayo, natalicio del gran creador chileno Andrés Pérez Araya, se celebre el Día Nacional del Teatro no es un hecho fortuito ni viene del oficialismo. Por el contrario, Rosa Ramírez y el Gran Circo Teatro lucharon por ello. “El 11 de mayo es algo que surge el año 2002, que después lo haya legalizado Michele Bachellet es otra cosa. Pero el Día del Teatro no surge el 2007, surge el 11 de mayo del 2002, a dos o tres meses de la muerte del Andrés Pérez Araya. Después el oficialismo, que hace lo que quiere, se demoró todos esos años en decirnos que no, que que, que no. Todos los ministros de Cultura que hubo en esos años nos dijeron que no. Finalmente logramos que fuera a través del Congreso, pero el Día Nacional del Teatro lo instaura el pueblo y eso fue el 2002”, recuerda Rosa.
Si el teatro implica un contacto directo entre actores y público, hoy esta relación está suspendida hasta nuevo aviso. Pero, según explica la actriz, las cosas ya venían mal para ellos y otras compañías por la precarias políticas culturales del Estado chileno. “La pandemia alarga nuestra cesantía como compañía independiente. En diciembre hicimos 4 funciones de La Negra Ester, y por manifestarnos a favor del estallido nos cancelaron funciones y quedamos sin pega enero y febrero. Estábamos esperando este 11 de mayo para funciones en el Nescafé, que ahí nos va bien. Así vivimos, somos rigurosos; yo vivo con 300 lucas. Como trabajadores estamos pasándola mal desde hace mucho rato. Pisoteados y pasados a llevar, desde que nos engañó uno que por la televisión había levantado el dedo y dijo que Chile estaba en deuda con la cultura. Entonces uno creyó”, señala en entrevista con el periodista Rodrigo Hidalgo, en El Desconcierto.
