Documentales chilenos en festival IDFA: Más despiertos que nunca

El centro de la ciudad que fácilmente se recorre a pie o en bicicleta, se inunda  de carteles, banderines, salas de cine y restaurantes que promocionan y anuncian por todas partes el importante encuentro cinematográfico, y los representantes del audiovisual chileno han ido llegando poco a poco a la capital holandesa para presentar sus diversos proyectos y trabajos documentales.

“La gran presencia de Chile este año en IDFA es el resultado de las buenas relaciones con el festival, pero también se debe a la calidad que está teniendo el cine documental chileno –explica Castillo–. Las diecinueve personas que han llegado, ya sea por el programa de mercados que tiene el Ministerio de Cultura, por CORFO, o por línea de festivales, habla del buen trabajo que se ha hecho a nivel gremial, colectivo y del Estado; pero por sobretodo de la obra potente que ellos mismos han realizado”.

Este año en la Selección Oficial de IDFA, se presentaron los documentales Lemebel (Teddy Award en la pasada edición de Berlinale), dirigido por Joanna Reposi (Best of Fests); El viaje de Monalisa, dirigido por Nicole Costa (Luminous); Nunca subí el Provincia, dirigido por Ignacio Agüero (Masters); El pacto de Adriana, dirigido por Lisette Orozco (The Villain); y Arcana, dirigido por Cristóbal Vicente (Top 10 de Patricio Guzmán). En tanto que los proyectos seleccionados para Industria fueron Malqueridas, dirigido por Tana Gilbert, seleccionado en IDFA Academy; Volver a casa VR, dirigido por Catalina Alarcón, en IDFA DocLab Forum; y Porvenir, dirigido por Alfredo Pourailly, en la sección Rought Cut Screenings IDFA Forum.

Castillo también se refirió a la responsabilidad política que asumen los trabajos que se presentan este año, ya que hablan de eventos que vienen a representar las realidades que se han venido gestando por años y que convergen en el estallido social que actualmente nos afecta. “Yo creo que el cine chileno documental siempre ha tenido una mirada política, y esto no siempre tiene que ver con un discurso político en sí mismo, sino que también puede estar en la manera en que miras tu vecindario o construyes comunidad, como en el trabajo de Ignacio (Agüero) por ej., o en cómo reconoces en los retratos de Iván Monalisa o de Pedro Lemebel, la marginación que ha debido sufrir tanta gente en Chile por ser “diferente”, llegando a tomar reacciones contestatarias. Entonces te das cuenta de que en las miradas diversas de los realizadores –miradas que funcionan como dispositivos artísticos que crean realidades–, también se puede reconocer una colectividad contingente que dialoga; donde las obras conviven perfectamente aunque sus lenguajes sean diferentes.”

Y como resultado de esta profunda conciencia política, la delegación chilena se las arregló espontáneamente para encontrar espacios entre eventos, forums y screenings para congregarse y levantar sus carteles, denunciando la violación de los DDHH junto con fotos que testimoniaron la cantidad de caídos hasta ahora, por la represión del gobierno de Sebastián Piñera. “Creo que esta acción colectiva también representa la forma en cómo estamos funcionando hoy en Chile –añadió Fernanda Mancilla (Mimbre Producciones)–, estamos entendiendo que dentro de nuestras diversidades hay demandas humanas básicas en las que nos une una posición común”.

La fotógrafa de la delegación ya tiene su cámara lista para disparar y los integrantes que alcanzaron a llegar a tiempo al puente/punto de encuentro, toman posiciones para concretar la foto. “Abran bien los ojos –advierte Castillo–, sino no sirve”; y resulta inevitable hacer la relación con la convulsionada situación del Chile actual, inmortalizando el momento de una delegación que desea estar más despierta que nunca, para plasmar de una u otra manera la responsabilidad en las temáticas que les atañen como realizadores audiovisuales chilenos. 

Foto: Catalina Feres, Agencia Punto Aparte