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[Especial #BlackSabbath50] Tony Iommi y la invención del metal

Por: Álex Dunegase | Publicado: 13.02.2020
[Especial #BlackSabbath50] Tony Iommi y la invención del metal Tony Iommi | @ChachiGuitar
La idiosincrasia al ejecutar su instrumento, las decisiones que tomó para con la guitarra, así como circunstancias de su propia vida, confluyeron para darle una identidad a Tony Iommi y a Black Sabbath. A 50 años del debut del cuarteto de Birmingham, revisamos qué hay tras el sonido del guitarrista que inventó el metal.

La canción homónima que abre el debut de Black Sabbath es un manifiesto y una presentación. Todos los elementos que harían de Sabbath una banda particular en la fauna del hard rock británico de los 70 se escuchan con claridad en los primeros segundos de la canción ‘Black Sabbath’: los efectos pregrabados de lluvia y truenos que dotan de ambientación tenebrosa al imaginario romántico del cuarteto, anticipan la entrada del riff de guitarra de Tony Iommi, posiblemente, uno de los gestos de personalidad más característicos de la historia de la música popular. Un riff pesado con saturación en la guitarra, con una pentatónica de blues ejecutada con especial protagonismo del tritono, conocida también como nota del diablo.

El sonido tenebroso, oscuro y pastoso del primer disco de la banda deBirmingham, se convirtió en uno de los puntos de arranque del heavy metal (si es que no, en el hito de inicio definitivo). Sus letras, artwork e incluso la vestimenta y performance de los miembros del grupo configuraron los elementos característicos de lo que consistiría el metal desde ahí en adelante. Sin embargo, nada de esto sería posible sin el factor central del sonido. Y en esto, hay un responsable en particular: Tony Iommi. Su faceta de guitarrista, compositor y conductor de la ingeniería sónica de la banda, cargará el peso de gran parte del timbre característico que hiciera de Black Sabbath el grupo fundador del heavy metal y a Iommi una pieza única en el engranaje del género.

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Accidente

Con solo 17 años de edad y mientras trabajaba como operario en una fábrica en su natal Birmingham, Tony Iommi sufrió un accidente que cercenó parte de sus dedos de la mano izquierda. Problema mayor para un guitarrista zurdo. El accidente tuvo un impacto en el ánimo de Iommi, al punto de que pensó en dejar la guitarra: “Desde luego, perder las yemas de mis dedos fue devastador, pero en retrospectiva creó algo […] Eso me hizo inventar un sonido nuevo y un estilo diferente al tocar, y un tipo distinto de música. Realmente, convirtió una cosa buena de una cosa mala”, afirmó Iommi en el documental The Complete History of Heavy Metal para VH1. Esta desazón duró hasta descubrir la historia de Django Reinhardt, famoso guitarrista de jazz gitano, quien sufriera una situación similar a la del fundador de Black Sabbath, cuando perdió la movilidad de su mano tras quemarse en un incendio, que lo motivó a desarrollar una técnica en la que solo utilizaba dos dedos, pudiendo volver a tocar. Adhiriendo una prótesis en sus dedos para digitar con más facilidad, utilizando cuerdas más blandas y bajando la afinación para provocar menor tensión de las cuerdas (a veces, disminuyendo hasta tres semitonos), nacía uno de los sonidos de guitarra más característicos del siglo XX, perceptibles de manera temprana en canciones como ‘Behind the wall of sleep’ y el clásico del heavy metal ‘N.I.B.’, del álbum debut de la banda.

Al tocar más grave y lento, Black Sabbath engendró un estilo señero, que muchas otras bandas intentarán emular (con el tiempo algunas extremarán estas afinaciones y densidad, dando origen a géneros como doom metal, por ejemplo). Todo potenciado por el uso del pedal TrebleBoost y su guitarra Gibson SG, pequeña, cómoda y versátil, que permite un sonido de alta ganancia y que hiciera del sonido de Sabbath uno que no se desprendía totalmente del carácter ácido de la psicodelia hippie. Acerca de su técnica y uso de equipamiento, Iommi es preciso e incluso humilde, como afirmó recientemente para el canal de YouTube especialista en heavy metal Kaooz TV, “Sí, realmente, quiero decir que uso cosas muy básicas. No soy técnico al tocar, no tengo montones de artilugios; es muy básico. Es un amplificador, una guitarra, y quizá un par de pedales y eso soy yo”.

Ancestros

Desde el punto de vista armónico, los riffs de Tony Iommi conjugaron varios lenguajes, como el psicodélico, el blusero y la música de compositores clásicos, específicamente de la música medieval, el barroco y el romanticismo, como el signo definitivo de su imaginería. El intervalo musical del tritono (que consiste en ejecutar el semitono que se encuentra entre la cuarta y la quinta nota de una escala menor), fue conocido como nota del diablo (Diabolus in musica) y prohibida en la edad media por el monje italiano Guido de Arezzo en el siglo X, por considerarla un portal para el diablo a nuestro mundo. Su sonido tétrico y tenebroso, de ahí en adelante, sería rechazado permanente, volviendo a ser utilizado con algo más de frecuencia en la era del romanticismo, debido a su carácter excéntrico. Del barroco, en cambio, Iommi tomará la robustez de las obras y la necesidad de llenar los espacios con la mayor corpulencia posible, asignando especial protagonismo a los tonos graves, dotando de identidad pastosa al sonido de Black Sabbath.

El uso del tritono y la sonoridad oscura, más la performance estética de la banda, les darían temprana fama de grupo satánico.

Pero puesto en perspectiva, para 1970 el heavy metal daba sus primeros pasos con una formula muy alejada del canon que grupos como Judas Priest imprimieran en su álbum British Steel (1980). Cerrando los 60, y con Jimi Hendrix y Santana como referentes obligados de las seis cuerdas, el blues aun no desaparecía por completo de paisaje sonoro del hard rock. Por tal razón, un importante recurso que nutre la técnica de Iommi provino directamente del delta del Missisipi (muy popular en Inglaterra durante todos los años 60, con guitarristas como John Mayal y Alexis Korner haciendo una escuela propia en la isla). Antes de debutar en 1970, la prehistoria de Sabbath se remite a una banda de blues y jazz llamada Earth, donde Iommi oficio como guitarrista, con una breve pausa tras su paso por Jethro Tull en 1969. En el documental A Headbanger Journey, Tony admite el lugar central del blues, aludiendo a que “es el origen de todo”, lo que es perceptible particularmente en los solos de guitarra que componen el disco, como en la pentatónica de ‘Warning’, la construcción armónica de ‘Evil woman’ y el aura de blues rock de ‘The Wizard’.

Un debut que no sólo dio origen a una de las carreras más exitosas de la historia del rock, sino que significó una influencia directa para bandas de diversos estilos (desde Metallica a Nirvana, desde Smashing Pumpkins a Rage Against The Machine), sino que sería la raíz de otros subgéneros de la música rock, como el heavy metal, doom, el stoner y el grunge.

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