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Sergio Castro San Martín y su documental El Negro: “Hablar de Palma Salamanca es hablar de la Constitución actual”

Por: Johanna Watson, periodista @jowapa | Publicado: 11.09.2020
Sergio Castro San Martín y su documental El Negro: “Hablar de Palma Salamanca es hablar de la Constitución actual” |
Desde hoy y por tiempo limitado, “El Negro”, el nuevo documental dirigido por Sergio Castro San Martín (“La mujer de barro”, 2015 y “La jauría” de Amazon Prime, 2020) estará disponible de forma gratuita en la plataforma de reproducción cinematográfica nacional ondamedia.cl

Conversamos con el director acerca de su visión, percepción y reflexiones que lo llevaron a abordar la historia de Ricardo Palma Salamanca con una nueva mirada y un enfoque actual. En sus palabras, el documental invita al público a “debatir sobre la complejidad del ser humano, sobre la muerte y sobre la deconstrucción de una épica”, haciendo foco en uno de los temas más atingentes que dejó el estallido social: la urgencia por escribir una nueva Constitución.

El director Sergio Castro San Martín

Me dicen el desaparecido 

Ricardo Palma Salamanca fue miembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez y, según la justicia chilena, es el autor material del asesinato al senador Jaime Guzmán, uno de los responsables de la actual Constitución y colaborador político durante la dictadura militar de Augusto Pinochet. “Este documental habla sobre una parte de nuestra historia que es la transición a la democracia, llena de zonas grises, de cosas inconclusas amarradas a un sistema social y político que nos tiene atados, endeudados e infelices como chilenos. Hablar de Palma Salamanca es hablar también de la Constitución actual, hablar de su familia es hablar de una radiografía de la familia chilena”, dice Castro San Martín.

“Lo más importante de la cinta es que los relatos deambulan desde el cuestionamiento de su entorno familiar. Su madre y hermanas hablan sobre lo que significó para la familia el asesinato a Jaime Guzmán, perpetrado por integrantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez la tarde del primero de abril de 1991, en el exterior del Campus Oriente de la Universidad Católica de Chile”, remarca el director.

Cuando me buscan nunca estoy

Los testimonios que forman parte de este documental, entregan al espectador una visión profunda, llena de  matices y contradicciones. Quizás, ese es el gran elemento diferenciador de este trabajo y a la vez su valor como pieza audiovisual y creativa: su enfoque.

-¿Qué te motivó a hacer este documental? 

-El año 1997 conocí el libro de Palma Salamanca que relataba la fuga de la cárcel de Alta Seguridad. En ese momento me llamó mucho la atención el hecho mismo relatado por Palma en una crónica novelada que reflejaba ese tiempo tan complejo, como era la transición a la democracia. Un tiempo lleno de un falso optimismo o de tantos grises que finalmente la historia posterior respaldó.

El objetivo de El Negro es reflexionar en torno a un periodo histórico que toca la vida privada de una familia, cambiándola totalmente. Es entrar en el espacio íntimo de lo que significa ser familiar de Ricardo Palma Salamanca y entender las justificaciones que él tuvo para hacer lo que hizo. Es una película que tiene como propósito relatar esos «grises», esa bipolaridad de este tiempo histórico y también de aquellas contradicciones históricas que llegan hasta el seno de una familia.

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Quería mostrar cómo una persona silenciosamente cambió la historia de Chile, o cómo no la cambió. Era en principio la historia de un hombre que no existía en el mapa, pero ya estando en una etapa bastante avanzada de la filmación nos llega la noticia, en febrero del 2018, de que Ricardo Palma Salamanca había sido detenido por Interpol en Francia. Dejaba de ser un fugitivo.

En ese momento tomamos la decisión junto a los productores de congelar el trabajo y darnos ese año para contactarlo. Evidentemente fue una cuestión delicada: es una persona de difícil acceso, muy reservado, que vivió en la clandestinidad y que a esas alturas estaba todavía con la causa abierta del eventual proceso de extradición a Chile. Fueron varios días de filmación con él.

-¿Por qué consideraste que la familia sería importante para tu investigación?

-Para mí era muy importante elaborar una película que saliera un poco de los cánones de cómo nos enteramos de esta figura histórica, y recurrir más bien a archivos mucho más íntimos. Sabemos que Ricardo Palma Salamanca es una figura que polariza, y que genera admiración y odio en el país. En ese sentido era muy valioso contar con los testimonios de quienes estaban más cerca de él. En este caso: su madre y sus hermanas. Para hacer este retrato de Palma Salamanca en la vereda pública y privada, esta era la manera más honesta.

-¿Qué significa para ti su figura? 

-Es un hombre que vivió una historia personal donde juntó su convicción política con su convicción emocional y que luego, desde ese lugar y perteneciendo a un movimiento armado, ejecutó y obedeció órdenes en base a su ideales en un contexto histórico hipercomplejo de la historia de nuestro país. La figura de Ricardo Palma representa para mí todas las contradicciones históricas políticas de Chile. Su  familia es la radiografía de Chile en ese sentido. Una familia golpeada con la tortura, con el dolor, pero también golpeada con las acciones y desaparición de su hermano.

-¿Con qué sensaciones te quedaste tras conversar con él?

-Fue cerrar un capítulo de la historia. También de mi propia historia con la película y aquí debo remontarme al inicio. El Negro es una película que comienza a gestarse en marzo del 2015. En ese momento estaba presentando mi anterior película La mujer de barro en el festival de Toulouse y conocí a una productora francesa a la que le comenté la historia; en ese momento la pensaba más en ficción que en documental. Luego con ella y mis productores chilenos tomaba la decisión de contarla en código documental, lo que implicaba otras complejidades.

La película consiguió varios fondos en Francia, nuestro país coproductor y había que reaccionar rápido. Yo ya algo conocía por coincidencia de cercanos a Marcela, la hermana mayor de Ricardo y sentía que había una historia en esa mujer que debía ser contada. Luego tuvimos que apurar todo, conocer a la familia y a la madre para intentar convencerlas de contar una historia que entre ellas nunca habían conversado o compartido en profundidad. Y ahí fue difícil establecer las confianzas que en todo documental biográfico es muy delicado, sobre todo por el personaje del que se trataba.

Cuando me encuentran yo no soy

El rodaje comenzó a mediados del 2016 y era la historia sobre una desaparición, sobre un hombre clandestino, prófugo de la cual nadie de su familia sabía nada por 19 años. Me pareció muy interesante la reconstrucción de esa desaparición y los efectos en esa familia y en esas tres mujeres. Ellas para mí eran el tronco de toda la película.

Estábamos a punto de cerrar la película a principios de 2018 cuando me enteré de la detención de Ricardo en París. Algo que entre bromas decíamos, pero una vez que ocurre no sabes qué hacer. Lo primero que pensé: no hay película, luego cómo hago para conocerlo. En fin, todo era confusión y con las empresas de posproducción ya presentándonos a terminar la película, porque además había algunos premios de finalización que cumplir. En ese momento decidimos congelar el proceso, mientras yo intentaba hacer contacto con Ricardo, cosa que me tomó bastante tiempo, casi todo el año 2018. Finalmente en octubre-noviembre pude entrevistarlo con una cámara.

-Es interesante el debate que se genera en torno a lo que está bien o mal, el hecho de matar para ‘hacer justicia’,  terminando con la vida de una figura tan cuestionable como la de Jaime Guzmán. También el hecho de escaparse de la cárcel. ¿Cómo fue abordar esos temas durante el proceso? 

-Era muy importante observar. Siempre intenté junto a mi equipo dejar que las voces familiares hablaran, que se debatieran, que abrieran esta caja de misterio que simbolizaba Ricardo, y también la historia de Chile. Abordar estos temas es un proceso lento. Hablar sobre la muerte no es fácil y más aún cuando tu propio familiar está involucrado. Pero no era solo la muerte sino también la desaparición. Uno puede ver a Ricardo desde la arista de lo que hizo, pero la película pone su foco de interés en entender a una familia que queda sin su hijo y su hermano, fugado por décadas. ¿Cómo convives con eso? ¿Cómo afecta los lazos familiares, el futuro, la propia vida cotidiana? Mi interés iba en registrar esa reflexión.

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-En el marco de fondo del documental liga el episodio del asesinato de Jaime Guzmán con la actualidad y el tema que hoy está a poco más de un mes de ser consultado con la ciudadanía: escribir o no una nueva constitución. ¿Cómo este documental contribuye a orientar al espectador para el plebiscito?

-Las heridas del pasado se revuelven cuando no están cicatrizadas. Chile aún está en una deuda tremenda con su historia. Aún no la conocemos del todo. Se obvia en colegios, escuelas. Solo a modo de ejemplo, aún contamos con miles de detenidos desaparecidos sin saber dónde están. ¿Cómo es posible eso? La llamada «reconciliación» no ha ocurrido. No hay un perdón civil y militar ante la matanza indiscriminada que vivimos en una de las dictaduras más horrorosas que ha habido. La respuesta de Palma y los frentes armados eran una reacción a la opresión y esto no tiene que ver con justificar o no lo que hizo, va mucho más allá de eso, porque si se quiere entrar en ese territorio hay que entender el dolor, las motivaciones y el contexto histórico donde él se desarrolló. Aún hay deudas tremendas como nación.

Volando vengo, volando voy 

-¿Cómo visualizas que la figura de Palma Salamanca está posicionada hoy en Chile?

-Es una figura que genera división, polarización pero ojo, esta división se produce porque Palma es el reflejo de un tiempo histórico, es la excusa de todas nuestras divisiones como país de las que no nos hemos hecho cargo. Y este “hacerse cargo” no viene por arte de magia. Debe partir de nuestros gobernantes, de todos los sectores y que estén a la altura de los procesos históricos que empezamos a vivir y que esperemos que cambien.

-Sabemos que desde hoy el documental estará disponible en Ondamedia ¿En qué otras plataformas estará disponible? 

En las plataformas Puntoticket, Cinépolis Click y en la Red de Salas de Chile. Desde hoy estará en Ondamedia de manera gratuita, pero con tickets limitados.

 

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