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Iconografía de la contracultura: De la revolución en libertad a la contrarrevolución en dictadura

Por: Jorge Montealegre, escritor | Publicado: 05.06.2020
Iconografía de la contracultura: De la revolución en libertad a la contrarrevolución en dictadura |
“Todos juntos: iconografía de la contracultura en Chile (1964-1974)” se titula el ensayo del diseñador y académico Mauricio Vico, basado en su investigación sobre el diseño pop y la psicodelia. La obra contiene un relato histórico singular que reflexiona sobre la práctica del diseño gráfico, y una abundante iconografía que ilustra y completa los textos de una investigación seria que dialoga con otras obras del autor.

Desde su título, la publicación que integra carátulas de discos y afiches invita a ser leída y recorrida escuchando canciones y recordando películas de una década llena de colores. El protagonismo juvenil se manifiesta con elocuencia y diversas estéticas coexisten compartiendo un momento cultural extraordinario, entre ellas las ondulantes formas psicodélicas asociadas al hipismo, las reconocibles murales de la Brigada Ramona Parra, las camisas floreadas y aquellas que uniformaban y diferenciaban a las juventudes militantes. La rebeldía es plural en un caleidoscopio donde se mezclan la violencia y el pacifismo de rebeldes en busca de su destino, con y sin causa. Es sintomático el uso del alto contraste en la gráfica de esos días, porque no solo refleja  la influencia del op art europeo sino también, inconscientemente, la creciente polarización política –también de blanco y negro– que se expresa en proyectos ideológicos excluyentes, en el contexto de la Guerra Fría, que fueron eliminando los grises en la discusión cotidiana.  

Según Mauricio Vico, “se andaba en búsqueda de un sistema plástico que diera cuenta de los procesos sociales y los cambios profundos que gran parte de la sociedad chilena esperaba que se produjeran”. Graficando políticamente la década 1964-1974, se podría decir que la investigación cubre de la revolución en libertad y la vía chilena al socialismo, a la contrarrevolución en dictadura, pasando por la revolución de las flores y su paleta de colores. Es decir, desde la marcha de la patria joven, las marchas contra la guerra de Vietnam y otras que cruzaban a pie el espacio público, caminando frente a los muros que gritaban las consignas e imágenes pintadas por la brigadas muralistas o los carteles de diferentes formatos pegados con engrudo sobre las murallas. Un sistema plástico que siempre contó con la gente, con la calle, con las amplias audiencias y resonancias. Expresiones que fueron iniciativa de estudiantes, artistas e intelectuales comprometidos con los cambios. En ese contexto se crearon las inolvidables marcas gráficas dejadas en la memoria colectiva por diseñadores y artistas vigentes como Vicente y Antonio Larrea, Luis Albornoz, Waldo González, Guillermo Núñez, que combinaron arte, publicidad y propaganda para transmitir imágenes, realizaciones  e ideales de un proceso.

Cada época o cada generación, se dice, tiene su banda de sonido. También su paleta de colores, sus modas, sus manifestaciones gráficas, su tipografía. Sus escenografías. En esa línea, Vico enfatiza la contracultura expresada en las diferencias que desnuda la brecha generacional (más que la lucha de clases presente en el discurso político): la beatlemanía, el amor libre,  el consumo de marihuana y LSD. No faltan las referencias a hitos de los  ‘coléricos’ locales, como el recuerdo de la canción La muerte de mi hermano, de Payo Grondona y Los Macs, considerada la primera canción rock chileno; la publicación de revista Ritmo, creada por Alberto Vivanco, con la cabeza del Gato Yo-Yo que es el punto sobre la í del logotipo. También están las referencias a la influencia de la gráfica del Submarino amarillo, el mítico Festival de Piedra Roja, y por supuesto Los Jaivas y el disco que da título a este libro. Destape juvenil que se expresa en cierta  moda, cierta música y cierta irreverencia, que se aguanta a regañadientes desde los partidos obreros tradicionales. La brecha generacional se hace evidente. Hasta la Iglesia, que había condenado los bikinis, es cuestionada cuando en el santoral coexisten Jesucristo Superestrella, el Cristo guerrillero y el Che Guevara convertido en póster (son días de Iglesia Joven, Cristianos por el Socialismo, Izquierda Cristiana, Teología de la Liberación).  A fin de cuentas es contracultura al interior y a contrapelo de una cultura dominante, adultocéntrica; en el occidente capitalista, dominado por el imperialismo norteamericano. “Los diseñadores nacionales, en general –escribe Vico–, utilizaron el diseño pop para emitir mensajes de compromiso y acercamiento con el gran público. Así hicieron de estos recursos gráficos, formales y estilísticos parte de sus propias formas de representación, que adquirió un potencial de comunicación en manos de las sensibilidades y experiencias de muchos gráficos de la izquierda chilena, adaptando un lenguaje propio y de características singulares”.

En estas páginas reverbera un tiempo de certezas para ser leído en tiempos de incertidumbre. Es un memorándum gráfico de los jóvenes de ayer a los jóvenes para los cuales 2001, odisea del espacio es una película antigua. Es una posta reflexiva que tiene el propósito explícito de recordar “parte de nuestra historia visual” para que se aprenda de ella sin el conformismo de quienes simplemente se desenvuelven ignorando la historia del oficio, de la profesión, desde un adanismo que ciega a las creaciones, progresos y equivocaciones de las generaciones anteriores. 

Este libro de Mauricio Vico se complementa con otros suyos (entre ellos Un grito en la pared, en coautoría con Mario Osses) y las obras de otros autores y autoras, que hacen –con notable persistencia– un aporte al rescate del patrimonio visual y de la memoria histórica desde sus afinidades respecto del análisis del diseño, las artes gráficas y la ilustración. Pienso en los libros de Antonio Larrea, Pedro Álvarez Caselli, Mariana Muñoz Hauer, Eduardo Castillo Espinoza, Carola Ureta Marín, Claudio Aguilera; afortunadamente hay más, incluidos los estudios sobre el cómic, la publicidad, la fotografía. El conjunto reconstruye los imaginarios que complementan las distintas versiones que pueden tener los relatos históricos. 

Todos juntos: iconografía de la contracultura en Chile (1964-1974)

Mauricio Vico

Editorial Fulgor

316 páginas

Precio de referencia $16.600

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