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«Quieren dinero»: La noche de Los Prisioneros en la Teletón 2002

Por: Cristofer Rodríguez | Publicado: 04.04.2020
«Quieren dinero»: La noche de Los Prisioneros en la Teletón 2002 Los Prisioneros |
Era la tercera vez de Los Prisioneros en el evento de beneficencia conducido por Mario Kreutzberger, pero la primera en donde llegaban como máximas estrellas de la música popular. Allí, esperados por miles en el Estadio Nacional y otros millones de televidentes, la banda de Jorge González haría historia con uno de los hitos más políticos en la historia de la campaña. Esta es la crónica de la jornada.

Esa noche de sábado del 30 de noviembre de 2002, el primer computo dado a conocer en el Estadio Nacional apenas pasaba la mitad de la meta. En su decimoséptima versión, la campaña televisiva de la Teletón enfrentaba una de sus pruebas más duras, debido a la inestable situación económica que vivía el país en relación a su principal recurso exportador (para entonces, el cobre llevaba cuatro años consecutivos descendiendo su posición en el mercado global y con un precio que no repuntaba, en lo que fue conocido como la crisis del cobre) y la suspensión de la campaña de recaudación el año anterior por causa de la Elecciones Parlamentarias del año 2001.

La jornada de cierre había empezado con un grupo de estrellas liderados por Myriam Hernández (que, por entonces, transitaba hacia su periplo como animadora de televisión) y contemplaba para el resto de su programación otros números exitosos de comienzos de década, como Axe Bahía, Joe Vasconcellos, Los Jaivas (con una de las últimas presentaciones en vivo y por televisión de Eduardo “Gato” Alquinta) y los shows internacionales de Víctor Manuel, Pedro Fernández, Emmanuel, entre otros.

Ninguno de estos artistas congregaba tanta atención como el número de cierre. Los Prisioneros se volverían a presentar en el escenario del Estadio Nacional a un año exacto de ese histórico hito que fueron sus conciertos de reunificación con 140.000 asistentes los días 30 de noviembre y 1 de diciembre del año 2001. Era también su regreso al evento de beneficencia, luego de dos presentaciones, también con algunas polémicas. En 1985 y solo con el disco La Voz de los ’80 bajo el brazo, el grupo apenas comenzaba su actuación cuando TVN decide bajar la transmisión, por su clara posición contraria a la política del régimen.

En 1990 fue su segunda oportunidad. Mientras comenzaban a interpretar ‘Estrechez de corazón’, Jorge González inicia un discurso de motivación que se cruza con la pista de la canción evidenciando que el grupo haría playback. Fiel a su estilo, González lo resolvió continuando su discurso con la pista sonando de fondo. “Les pedimos que vengan a colaborar tal como nosotros colaboramos con nuestro modesto playback y pongan su dinero en el banco para ayudar a la Teletón”. En la oportunidad del año 2002, en cambio, la banda regresaba en una posición diferente, como el artista nacional más importante de los últimos 20 años y con un arrastre popular y comercial que, salvo el caso de Mon Laferte, nunca antes o después un artista ha conseguido.

Solo algo todos quieren en común

Ya habían hecho sus donaciones íconos del libre mercado relacionados a la salud privada y la banca, provocando como siempre los vítores de la multitud. Incluso, fue la primera vez en que se inauguró la actual tradición de invitar empresarios que de forma personal y sin utilizar el nombre de sus empresas darían su aporte millonario. La donación de improviso de 56 millones de pesos de José Luis Nazar (emblema de un Chile meritocrático y del «sueño americano», donde limpiar platos puede llevarte a ser multimillonario si tienes coraje y determinación), se convirtió en el primer momento de una competencia que luego tendrá a otros multimillorarios con nombre y rostro pidiendo un espacio en la noche de cierre. Minutos más tarde, vendría el grupo de rock.

“Vamos con nuestros próximos invitados, ¿cómo hay que presentarlos?”. La pregunta de Mario Kreutzberger mostraba cierta distancia de la banda y un dejo de ironía pues era evidente que conocía la impronta del grupo en esos momentos. Rafael Araneda toma la posta (la banda ya había mostrado cercanía con el animador de Rojo, asistiendo en un par de oportunidades al programa), reconociéndolos como “el mejor grupo de rock de la historia”, mientras el rostro de claro desprecio de Kike Morandé es televisado. El animador comienza a entonar el coro de ‘La voz de los ’80’, sumándose otros rostros y el público, pero con un Don Francisco que mira desconcertado y un primer plano de Miguel Tapia y Jorge González que los muestra antes de subir al escenario con el mismo rostro. Hay dos mundos en el Estadio en ese instante previo. El primero, eufórico y hambriento de ver al trío por televisión abierta y en cadena nacional por primera vez. El segundo, aunque minoritario, nervioso e incómodo, incluyendo a la banda que sale a escena.

“Qué lindo, ¿no? Qué bonito que se pueda transformar una cosa en otra. Que de todo el ego gigante, de todas las ganas de figurar que tenemos los artistas, ¿no?, podamos transformarlo en ayuda a los niños. Que de toda la avaricia y sentido del bueno negocio que tienen las empresas, que pueden subir los precios, pagar menos impuestos, hacerse propaganda y con lo que consume la gente, «ayudar», se puede ayudar realmente a los niños”. Las primeras palabras de Jorge González provocaron un aplauso frío. ¿Era malo lo que decía Jorge? ¿Tenía la razón? ¿Era el lugar? ¿Qué fue exactamente lo que quiso decir? Todo pasó rápido y, sin que nadie se diera cuenta, el cantante presentaba la primera canción con la introducción, “queremos dedicar a toda la gente que ha figurado hoy día, a nosotros mismos, al gran Don Francisco, esta canción… y lo que necesitamos nosotros juntar, se llama ‘Quieren dinero’”.

El estimulante bombo de Miguel Tapia y la guitarra western de Claudio Narea hicieron el resto: el público estaba en una fiesta. Una banda más aceitada luego de su gira nacional y por algunos lugares de Latinoamérica, Estados Unidos y España, comenzaba a tocar con mucha más seguridad que en su regreso el año anterior y, como se acostumbra en sus shows, el público asistente se convertía en un integrante más con cada ensordecedor estribillo. Hasta que llegó el puente y las características improvisaciones del vocalista, cargadas de ironía y crítica, acusaban presencia. “Quiero más Luksic, quiero más Angelini. Quiero más UDI, quiero más pinocheques. Quiero más Büchi, quiero más Lavín”. Tras interpretar la segunda canción, ‘Corazones rojos’, el grupo abandonó el escenario rápidamente, sin entrevistas ni interacción y un escuálido saludo de Don Francisco a Claudio Narea.

El saldo de la jornada fue positivo, cumpliendo la meta con creces, pero el espíritu celebratorio no evitó la tensión provocada por la banda. En una conferencia de prensa desarrollada la mañana siguiente, el animador principal y Director Honorífico de la fundación Teletón se refirió a la intervención del cantante, indicando que “el actúa y cobra igual que yo, pero no importa, son dos maneras de enfrentar la vida, de enfrentar el espectáculo y yo lo respeto absolutamente, como respeto a toda la gente, aunque él no me respete a mí”. Palabras más duras tuvo Kike Morandé quien se refirió al líder de la banda como una persona que “no tiene claro el objetivo de la Teletón”, tratándolo como un acto de mal gusto, mala onda y una atrocidad.

Días más tarde, Jorge tuvo la oportunidad de réplica. “Es bueno que se transforme algo tan tonto como Kike Morandé y Cecilia Bolocco en algo positivo que es la ayuda para los niños, es bueno porque todo el año no significan nada más que una cosa grosera, superficial, de avaricia, de malos ejemplos, que rebajan la cultura, porque todas esas personas están rebajando el nivel intelectual de todo el mundo por la televisión”. Incluso el guitarrista Claudio Narea salió a defender la postura crítica de su compañero de banda: “estuvo perfecto todo lo que dijo. Ni una palabra de más, ni una palabra de menos”.

Vuelvo a tener fe

El 7 de febrero del año 2015, Jorge González se presenta en Nacimiento en el marco de una gira de verano por el centro y sur de Chile. Hace más de una semana arrastraba silenciosamente un infarto cerebrovascular y esa noche se manifestaron con fuerza las consecuencias de la enfermedad. El show debió ser interrumpido y, como es costumbre, la prensa nacional especuló sobre los escenarios menos favorables para el músico, indicando incluso que estaba drogado para el show.

La enfermedad encuentra a Jorge en uno de los mejores momentos creativos y con mayor actividad de su carrera, con presentaciones en destacados escenarios, incluido el Festival de Viña del Mar 2013 y un nuevo impulso discográfico a causa de sus álbumes Libro (2013) y Naked Tunes (2014). Pero todo debió parar, pausando el ritmo de sus actividades artísticas y concentrando gran parte de su energía en su rehabilitación.

El 3 de diciembre de 2016 Jorge González regresó al escenario de cierre de la Teletón en el Estadio Nacional, esta vez a la apertura del evento, recibiendo un homenaje de parte de sus colegas, sin presentación de animadores y con una sentida versión de ‘Fe’ interpretada junto a Gonzalo Yáñez, Roberto Márquez, Manuel García, Javiera Mena, Pedropiedra y Jorge del Campo.

Mario Kreutzberger se referiría en pocas oportunidades al regreso del cantante, siempre destacando que fue un ofrecimiento del mismo Jorge en agradecimiento a la fundación por poder hacer uso de la asistencia médica de la Teletón luego de su infarto, solicitando la máquina Lokomat. González en cambio, nunca dejó de agradecer y reconocer el rol de la Teletón, aunque con su persistente crítica, como afirmó en una reciente entrevista del año 2019, “me parece que es un síntoma de que hay cosas más importantes, como salir a protestar. No queremos limosnas, queremos justicia. La Teletón es algo muy lindo, pero es una limosna y eso es ofensivo”.

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