Campesinos solicitan apoyo para producir alimentos primarios ante crisis alimentaria

Por: María del Mar Parra | Publicado: 18.06.2022
Campesinos solicitan apoyo para producir alimentos primarios ante crisis alimentaria Trigo / Trigo
Ante la situación internacional, pequeños y medianos agricultores denuncian dificultades para producir y alertan la posible dificultad de acceso a alimentos en el próximo año.

La guerra y la inflación no han dejado indiferente a ningún país, y muchos han optado por limitar la exportación de alimentos para garantizar la demanda interna y frenar el alza de precios dentro de sus territorios. En Chile una buena parte de la alimentación primaria de la población depende de alimentos importados, mientras que campesinos y campesinas optan por vender sus tierras para parcelaciones en vez de sembrarlas, por los altos costos de producción que requiere. 

Hoy, tras el anuncio del gobierno de crear una comisión de seguridad y soberanía alimentaria que desarrolle un plan en los próximos meses, una agrupación de campesinos y campesinas con el slogan de “Chile alimenta a Chile” esperan que la situación sea tomada en cuenta y proponen medidas a corto y largo plazo para recuperar la producción de alimentos que aseguren la alimentación de quienes viven en el país. 

“En Chile se ha dado énfasis a la capacidad de exportación frutícola en desmedro de la agricultura primaria; los cereales, leche, legumbre y carne que hoy en buena parte se importan. La intención de siembra sigue disminuyendo por el aumento de costos, y muchos agricultores optan por vender sus tierras para parcelas de agrado porque así le sacan una rentabilidad que agrícolamente jamás lograrían. Sin ofrecer ventajas para estas personas es difícil que se logre la seguridad alimentaria”, comenta Raquel Reyes, una agricultora de la agrupación que hace unas semanas se reunió con el Ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, para exponerle la situación. 

“Hoy en día tenemos un foco en la agroexportación, lo que ha implicado descuidar nuestra soberanía alimentaria, a cargo de la agricultura familiar campesina. Son muchos los agricultores que se están quedando sin agua a raíz del monocultivo frutícola y el acaparamiento, y que están perdiendo incluso sus cosechas porque no tienen agua para regar en verano”, agrega Pamela Poo, politóloga de la fundación Ecosur e integrante de la asociación de consumidores Acción Consumidores. 

Chile alimenta Chile

Hoy en día la seguridad alimentaria, es decir, el acceso a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos, está en juego en el mundo, y Chile no escapa de esa realidad. Según datos de la ONU entre 2018 y 2020 unas 3,4 millones de personas del país se encontraban en situación de inseguridad alimentaria grave o moderada. Esta situación ha llevado a hablar de la soberanía alimentaria como una forma de consolidar la seguridad alimentaria en el país y dejar de depender tanto de alimentos que deben importarse desde otros países. La meta de la agrupación, “Chile alimenta a Chile”, se hace cada vez más presente como una necesidad, que también quedó mencionada en el borrador de la propuesta de nueva Constitución. 

La agrupación de agricultores busca sumar fuerzas para impulsar “políticas públicas robustas a largo plazo que incentiven el cultivo”, explica Raquel. Proponen algunas medidas de corto plazo como “posponer  temporalmente el pago de principal e interés sobre créditos” ante el desequilibrio actual, o fomentar el financiamiento de capital de trabajo (los recursos financieros necesarios para producir) para siembra, que mantenga la capacidad productiva”. También proponen impulsar un mercado robusto de seguros agrícolas climáticos. 

Para que el apoyo tenga efecto a largo plazo, solicitan también que se manejen las distorsiones de mercado, tanto internas como externas. Como distorsión interna describen la forma de fijación de precios de los productos primarios, intermediados por oligopsonios en que unos pocos compradores los fijan sin que haya una correlación con los precios en el mercado internacional. Las distorsiones externas que mencionan se relacionan a la falta de competitividad de la producción nacional ante facilidades de importación de productos extranjeros. Para Pamela Poo, además es importante reformar el código de aguas y mejorar la fiscalización de pozos ilegales para enfrentar la desigualdad en el acceso al agua para riego. 

Pero no todos están de acuerdo con impulsar la soberanía alimentaria. Representantes del gremio de la agroindustria exportadora han manifestado que no es necesario fomentar la producción para consumo interno por una situación que estiman sea solo temporal, y que la exportación de alimentos trae recursos al país que son necesarios para suplir con importación los alimentos que no se producen en territorio nacional. Sin embargo, el llamado a impulsar la soberanía alimentaria no responde solo a la coyuntura actual, sino que ha sido un reclamo constante de quienes buscan la adaptación del país frente al cambio climático, considerando cosas como que las cadenas de distribución están en riesgo por desastres climáticos y el traslado de alimentos a grandes distancias genera contaminación. 

Consumidores conscientes

Así, hay quienes buscan el giro hacia un tipo de alimentación más independiente, sustentable y resiliente ante catástrofes y eventos extremos, lo que se puede impulsar no solo desde la producción sino también desde el consumo. “Comer es una decisión que tomamos a diario y eso nos pone en posición para favorecer cierto tipo de producción por sobre otro. Comprar directamente al productor local o en ferias, producir parte de tu propio alimento en huertos urbanos y espacios públicos, y volver a conectarse con la tierra para valorar de dónde viene cada alimento y consumir de forma más consciente son cosas que mucha gente ya hace y que con políticas públicas puede masificarse”, reflexiona Pamela Poo.

Como parte de la asociación de consumidores a la que pertenece, lanzó un libro virtual gratuito sobre alimentación sustentable para difundir estos conocimientos. La información disponible sobre el origen de cada alimento es otro factor a tener en cuenta para tomar decisiones informadas como consumidores, que favorezcan un tipo de producción por sobre otro. “Sobre todo como citadinos no nos conectamos con la producción de alimentos y eso se da en parte por los grandes supermercados. Hay que acercar esas rutas y sería interesante por ejemplo si se hiciera un mapeo de dónde están los productores primarios, o información que existe y que no ha sido procesada para su acceso al público porque no hay un interés desde la política pública para visibilizarlo”, reflexiona Pamela Poo.

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