
El litio es un metal esencial para la transición hacia vehículos eléctricos, pero deja graves impactos ambientales en países como Chile donde están los mayores yacimientos. ¿Cómo enfrentamos este dilema? Conoce las 10 claves para entender este tema y sus posibles soluciones.
Reducir sustancialmente el uso de los combustibles fósiles, como el carbón, el gas y el petróleo, es uno de los grandes objetivos que tiene la humanidad para aminorar los impactos producidos por la crisis climática.
Una apuesta clara de los gobiernos y empresas es el uso de los vehículos eléctricos (electromovilidad) y las energías renovables no convencionales. Por ello muchos miran al litio, uno de los metales que se necesitan para la construcción de baterías livianas y eficientes que son utilizadas para las nuevas tecnologías mencionadas anteriormente. Sin embargo, su extracción en América Latina ha traído elevados costos socio-ambientales y desafíos políticos que no contemplan soluciones simples.
Entonces, ¿es el litio un elemento clave para “combatir el cambio climático”, como han dicho políticos y empresarios? ¿Qué implica su extracción? A continuación te responderemos estas y otras preguntas.
