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Izquierda Socialista, la facción de Atria que busca un lugar dentro del PS

Por: Francisco Parra | Publicado: 18.01.2016
Izquierda Socialista, la facción de Atria que busca un lugar dentro del PS atria 3 |
El «ala roja» del Partido Socialista, liderada por Fernando Atria y Ernesto Águila, busca replicar el ejemplo de Jeremy Corbyn en el laborismo inglés.

El pasado 9 de enero el Comité Central del Partido Socialista ratificó una decisión que ya todos daban por hecho: el pacto con la Democracia Cristiana para las elecciones municipales. «Las profundas transformaciones, las grandes reformas estructurales de un país se tienen que hacer con amplia mayoría», aseguró la presidenta del partido Isabel Allende. Y agregó que la alianza «la hacemos con convicción, no lo hacemos con un afán simplemente electoral o de otro interés político».

La propia presidenta Michelle Bachelet envió una carta al pleno del Comité Central, recalcando en el llamado a la unidad de la Nueva Mayoría. Pero la decisión no fue unánime, aunque estuvo a punto: 54 de los 55 miembros que votaron aprobaron el pacto de concejales con la falange. Solo un voto en contra, el de Michelle Peutat, miembro de Izquierda Socialista.

Contra el partido del orden

Desde su fundación en los años 30, el PS ha sido un partido de facciones y lotes. A diferencia del Comunista, nunca ha sido un partido de una sola línea y da pie a variadas disputas internas. Pero desde la transición, según cuenta una fuente desde dentro del partido, la división entre lotes se ordenó más en torno a las lealtades personales y no tanto por las definiciones político programáticas.

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Michelle Peutat

«La diferencia de los lotes es por el caudillo que los represente. No hay contenido político y programático, simplemente grupos diferentes. Izquierda Socialista nace como una respuesta a esto, un grupo que quería generar debate, discutir sobre el socialismo», asegura Michelle Peutat, abogada que junto a otros jóvenes estudiantes de derecho de la Universidad de Chile formaron la agrupación en pleno auge de las movilizaciones de 2011.

Su denuncia se centra en la creciente burocratización del partido, pérdida de vínculos con el mundo de los trabajadores y dedicarse a administrar el neoliberalismo chileno desde los gobiernos de la Concertación.

Después de trabajar en las juventudes del partido, dieron su salto a la adulta, fichando a dos académicos militantes con presencia mediática: el abogado constitucionalista Fernando Atria y columnista Ernesto Águila. 

«Izquierda Socialista nace en un momento en el cual se pone por delante la pregunta por la identidad, por el proyecto histórico. Ocurrió en el 47 con el programa de Eugenio González, ocurrió con Salvador Allende. Estamos en momento de inflexión histórica en el cual el partido tiene que plantearse su proyecto y su identidad. Es una tarea pendiente que se ha postergado muchos años en el marco de la transición y la participación en los últimos gobiernos», afirma Águila, para quien el PS debe volver a reconocerse como un partido de izquierda, crítico y transformador.

Peutat critica el camino que ha tomado el PS en los últimos años, adaptándose al neoliberalismo y dejando de lado su rol transformador. «Nos dicen que el argumento es generar mayoría, cumplir con el rol histórico. ¿Pero para qué?, ¿qué mayorías queremos generar?, ¿las de Escalona, las del partido del orden, que genera mayorías inútiles que no contribuyen a mayorías sociales? Queremos reconstruir la casa de la izquierda, la de Carlos Lorca, Salvador Allende, Eugenio González, compañeros que fueron capaces de representar los ideales socialistas».

En busca de un Jeremy Corbyn chileno

El fenómeno de partidos socialistas adaptados al modelo neoliberal no es solo en Chile. Para Ernesto Águila, la «izquierda acomodada que hace paces con el neoliberalismo» entró en crisis en tres países: Grecia, donde Syriza toma el lugar de una socialdemocracia que desaparece, España, donde por fuera del partido y apelando a las sensibilidades y votantes del socialismo histórico, Podemos es hoy casi del mismo tamaño que el PSOE y en Inglaterra, donde Jeremy Corbyn obtuvo el triunfo en las elecciones internas del Partido Laborista.

Este último es el que Izquierda Socialista ve más cercano. «Es un buen ejemplo de lo que aspiramos. Un partido más que centenario que logró elegir un dirigente veterano de la política, pero con una gran afluencia de votación de jóvenes. Y después de que gana se inscriben nuevos jóvenes», afirma Águila.

«No dejar que el partido continúe cooptado», agrega Michelle Peutat. A nivel latinoamericano, simpatizan con los gobiernos progresistas en Ecuador, Venezuela, Bolivia y Uruguay.

La «construcción de la casa amplia de la izquierda» supone para Izquierda Socialista mirar con buenos ojos las agrupaciones a la izquierda por fuera la Nueva Mayoría, como Izquierda Autónoma de Gabriel Boric y Revolución Democrática de Giorgio Jackson.

Pero hoy las preocupaciones dentro del PS son otras. De hecho, el pacto con la DC para las municipales -criticado por Izquierda Socialista- fue secundado por la inmensa mayoría del partido, que sabía que no tenía opción distinta. El pacto entre el PPD, PR y el PC apuró a los socialistas, que por muy críticos que sean hoy de la DC, sigue siendo el principal aliado para darle continuidad a la Nueva Mayoría.

Las facciones hoy en el PS están disminuidas según cuentan desde del partido, ya que la influencia y poder del escalonismo es cada vez menor. Y el debate interno parece estar más centrado en una posible disputa presidencial entre Isabel Allende y Ricardo Lagos.

La aparición de una nueva corriente dentro del PS no es del todo novedoso, dado su carácter de partido poco estructurado, configurado orgánicamente para acoger distintas corrientes internas. Según cuenta un historiador que ha seguido de cerca la trayectoria del PS, en los últimos años han surgido corrientes que se muestran críticas a cómo funcionan las pugnas de poder internas, como el colectivo Identidad Socialista, que surge como un grupo que se separa de la Nueva Izquierda. Pero con los años se volvió una facción más que compite en las pugnas de poder por el partido, matizando su discurso rupturista.

De hecho, Michelle Peutat llegó al Comité Central del PS al ser electa como parte de la lista de Isabel Allende. Si bien critican la conducción actual de la senadora y aseguran que no se sienten representados por ella, si valoran que las puertas del debate a la interna estén abiertas.

Para Osvaldo Andrade, lo que tienen que hacer es presentar una propuesta real. «No quiero minimizarlos, los respeto. Y bien por su orientación crítica. Salvo Neto Águila que ha sido tercerista toda la vida, tanto la compañera Peutat como el compañero Atria son militantes nuevos y espero que hagan sus propuestas. Aunque es extraño que lo caractericen como partido del orden y quieran transformarlo en la casa de la izquierda, pero bueno, algo tendrán que proponer».

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