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José Antonio Kast responde a «la visión separatista del Diputado Boric sobre La Araucanía»

Por: El Desconcierto | Publicado: 03.01.2017
José Antonio Kast responde a «la visión separatista del Diputado Boric sobre La Araucanía» |
«Yo no sé si la Machi Linconao es culpable o no. La Justicia debe revisar su caso y analizar si corresponde que esté en prisión preventiva. En Chile hay muchos casos donde personas, aún más ancianas, llevan décadas presos, con enfermedades terminales y degenerativas, y con juicios de dudosa validez. ¿Acaso el diputado Boric ha invocado los derechos humanos por presos de Punta Peuco o de otros penales que están en igual o peores condiciones que la Machi Linconao?», escribe José Antonio Kast.

El pasado 1 de enero, el diputado Gabriel Boric publicó en este medio una carta abierta dirigida al país donde aborda el caso de la machi Francisca Linconao y su situación tanto judicial como de salud.

En la misiva, el parlamentario aborda los detalles de los nueve meses de investigación que ha debido enfrentar Linconao acerca de su presunta participación en el atentado incendiario con resultado de muerte en el fundo Luchsinger-Mackay. La carta, viralizada ampliamente en redes sociales, causó polémica respecto no sólo a Linconao, sino también a la situación que se vive en la región de La Araucanía.

El diputado José Antonio Kast no quedó indiferente ante los dichos de Boric y quiso contrastar su visión. Para ello, el ex UDI envió a El Desconcierto una carta de respuesta, la cual reproducimos a continuación en su totalidad.

La carta de Kast acá:

El diputado Gabriel Boric nuevamente hace uso de su posición y de su arrastre entre los grupos radicalizados, para llamar la atención sobre el caso de la machi Francisca Linconao y su actual estado en prisión preventiva. Usando datos que seguramente alguien le proveyó, recurre a los recursos típicos de la nueva izquierda: represión, arbitrariedad, y el rol de los poderosos que están detrás de todo, para justificar la violencia separatista y victimizar artificialmente a quienes la practican.

A diferencia del diputado Boric, nadie me mandó una minuta con datos de la investigación que pesa sobre la Machi Linconao y su posible vinculación con el horrible crimen de los Luchsinger – Mackay. Pero sí he ido, una y otra vez, a La Araucanía y he visto en primera persona la destrucción del Estado de Derecho y el miedo que infunden día a día los terroristas.

¿Cuántas cartas ha escrito el diputado Boric defendiendo a las familias de gente pacífica que viven en la inseguridad y los agricultores de La Araucanía que sufren atentados todos los días, varias veces al día? ¿Con cuántos camioneros ha conversado? ¿Cuántas escuelas ha visitado, de aquellas que se han incendiado con alevosía? ¿O quizás alguna iglesia o parroquia, católica o evangélica, que han ardido hasta quedar en cenizas? ¿Cuántos pueblos y comunidades donde ya no se puede transitar por los caminos cuando cae la tarde?

¿Acaso el diputado cree que Carabineros y la Fiscalía actúan para reprimir a estos pobres vándalos que van quemando todo a su paso? ¿Acaso le parece arbitrario perseguir crímenes como el que dos ancianos mueran quemados vivos en su hogar? ¿Le parece que son poderosos los cientos de microempresarios, choferes, contratistas forestales y parceleros que no pueden salir en las noches y que viven con miedo de que alguien los pueda quemar vivos?

Es muy fácil, desde la comodidad de un computador, repetir consignas como marioneta de otros y desviar la atención sobre los verdaderos problemas de La Araucanía. Pero estando en terreno, conociendo la realidad, de buena fe y sin ideologismo, permitiría al diputado formarse una opinión real y no dirigida de la realidad.

Con la carta que escribe, el que criminaliza al pueblo mapuche es él y el que aviva el conflicto es gente como él, que inventa un conflicto artificial entre mapuches y chilenos, entre comuneros y autoridades. El único conflicto que existe en La Araucanía es el que enfrenta a los araucanos, mapuches y no mapuches, con los terroristas y violentistas que siembran el terror y la violencia.

Lo que debemos hacer es unirnos en contra de la violencia, en contra de los terroristas y buscar la paz que tanto necesita esa región. Debemos trabajar por la unidad y no por la separación.

La Araucanía lleva años sitiada por la violencia y ningún gobierno desde el ’90 a la fecha ha sido capaz de ponerle freno a esta violación permanente del Estado de Derecho. Yo respeto la cultura mapuche y como sociedad tenemos que trabajar mucho en su integración, y en reconocer el valor de sus tradiciones que nos pertenecen a todos como Nación. Pero yo no estoy disponible para mezclar esas legítimas aspiraciones con un grupo de terroristas que con violencia, temor y acciones radicales infunden terror en la población, que tienen secuestrado el Estado de Derecho y que buscan dividir a Chile, territorial y culturalmente.

Aquí las prioridades son claras y tienen que defenderse con fuerza: los Carabineros deben tener el total respaldo del Gobierno, sin ambigüedades. Los terroristas tienen que ser perseguidos, juzgados y sancionados con el mayor rigor de la ley. El Gobierno tiene el deber de recuperar el Estado de Derecho en La Araucanía y no aceptar, bajo ningún motivo, que un centímetro de territorio esté tomado por terroristas, y debe velar por que los agricultores y familias de La Araucanía puedan dormir con tranquilidad en las noches dejando de sentir temor de que le quemen sus casas, escuelas o iglesias.

Yo no sé si la Machi Linconao es culpable o no. La Justicia debe revisar su caso y analizar si corresponde que esté en prisión preventiva. En Chile hay muchos casos donde personas, aún más ancianas, llevan décadas presos, con enfermedades terminales y degenerativas, y con juicios de dudosa validez. ¿Acaso el diputado Boric ha invocado los derechos humanos por presos de Punta Peuco o de otros penales que están en igual o peores condiciones que la Machi Linconao?

La conclusión de estos años es que la paz a cambio de tierras ha demostrado ser un fracaso, pues la violencia ha crecido. La entrega de tierras sólo ha pavimentado el camino separatista de la demanda por autonomía territorial que promueven los grupos violentos con quienes simpatiza el diputado Boric. Debemos terminar con la entrega indiscriminada de tierras. Debemos terminar con la violencia y cortarla de raíz. Debemos dar una señal firme de unidad nacional: La Araucanía es de todos los chilenos y la defenderemos con todo el peso de la Ley de quienes quieran arrebatárnosla, incluyendo al diputado Boric.

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