Cronología de una crisis: Los hitos que han marcado la revuelta social de los chilenos y chilenas

«No fueron 30 pesos, fueron 30 años». Esa ha sido una de las consignas que más se ha repetido durante las protestas sociales de los últimos días. Se refiere a las décadas de abusos que los chilenos han debido soportar, mientras la desigualdad y las políticas públicas que pocas veces benefician a los ciudadanos, son pan de cada día.

“Se ha abierto un espacio para que quien madrugue puede ser ayudado a través de una tarifa más baja”, decía el ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, el pasado 8 de octubre, sobre el alza de $30 en el precio en el pasaje del Metro en hora punta. El secretario de Estado no sospechó que su desacierto sería una de las piezas de dominó que empujaría un levantamiento social sin precedentes en el país.

Ese mismo día, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, aportaba otra desafortunada frase, que aumentó aún más el descontento. «Hay que destacar a los románticos que ha caído el precio de las flores, así que los que quieran regalar flores en este mes, las flores han caído un 3,7%”, bromeó la autoridad ante la nula variación del IPC en el mes de septiembre.

En ese contexto, los estudiantes -que además se veían amenazados por el control preventivo de identidad- comenzaron a organizar jornadas de evasión masiva en el Metro, en reclamo por el encarecimiento de la vida. Allí fue cuando la ministra del Transporte, Gloria Hutt, -el 15 de octubre- aumentó las tensiones argumentando que los escolares no podían quejarse por el alza del pasaje, debido a que su boleto no había subido de precio, omitiendo totalmente la empatía de los jóvenes con sus familias y con la clase de trabajadora.

Todas estas torpezas del gobierno, sumadas a la brutal represión policial que intentó acallar esas jornadas de protesta y los grandes escándalos de corrupción en las principales instituciones del país, maduraron un profundo malestar, que terminó por explotar el pasado viernes 18 de octubre, cuando las protestas en las distintas estaciones de metro tomaron un rumbo que nadie había presupuestado.

La vertiginosa sucesión de hechos, ocurrió así: