| 23 de diciembre del 2019/SANTIAGO
El Presidente de la República, Sebastian Piñera promulga la reforma constitucional que habilita el plebiscito constitucional.
FOTO: SEBASTIAN BELTRAN GAETE/AGENCIAUNO
Desde el sector llamaron a «no olvidar que nada de esto sería posible sin la movilización del pueblo», y destacaron que dadas las repetidas situaciones de violaciones a los Derechos Humanos, y el poco apoyo que recibió la firma del documento durante esta jornada, hoy «no es día para aplausos».
A eso del mediodía de este lunes, el Presidente Sebastián Piñera firmó la promulgación de la reforma constitucional que habilitará el plebiscito de entrada y el proceso constituyente que fue recientemente aprobado en el Congreso.
El acto estuvo marcado por las ausencias de gran parte de la oposición -solo la DC y el PPD asistieron-, y por las divisiones internas de Chile Vamos, que se hicieron visibles luego de que la presidenta de la UDI, Jaqueline Van Rysselberge, pasara sin saludar a los presidente de RN, Mario Desbordes, y de Evópoli, Hernán Larraín Matte.
Pero más allá de las diferencias en la derecha, desde la oposición los ausentes a la cita destacaron que la promulgación de la reforma para una nueva Constitución «inica no gracias, sino a pesar de La Moneda».
Así lo afirmó la presidenta de Revolución Democrática, la diputada Catalina Pérez, para quien «el proceso Constituyente inicia no gracias, sino a pesar de La Moneda. Seguimos dando la pelea por paridad, pueblos originarios e independientes, las violaciones a los DD.HH continúan y Guevara y Rozas siguen en sus cargos como si nada pasara. Hoy no es día para aplausos, esto no ha terminado«.
En la misma línea el diputado de Convergencia Social, Gabriel Boric, llamó a «no olvidar que nada de esto sería posible sin la movilización del pueblo. A todos y todas quienes han marchado, resistido, caceroleado, estado en cabildos. Y sobre todo a quienes han sido víctimas de la represión. Seguiremos luchando hasta que la dignidad se haga costumbre».
Diagnóstico que fue compartido por la presidenta del Partido Humanista, Catalina Valenzuela, quien lamentó que «nos encontramos con que muchos de los firmantes no llegaron, y sí estuvo por ejemplo el señor Rozas, que muchos estamos pidiendo que se retire de su cargo y enfrente la ley por crímenes de lesa humanidad. Esta es una pésima condición de origen para un proceso que debería ser participativo, abierto, y sin embargo este parto da cuenta de cómo se ha venido gestando, y una mala proyección que está dando».
De todas maneras, para la presidenta del PH «no es tarde aún para seguir trabajando en torno a las condiciones necesarias para que esto sea válido, y que finalmente se genere un acuerdo entre todas las partes, incluyendo como actor principal al movimiento social, y así hacerlo válido y convertir en una fiesta que debería ser para el país la posibilidad de tener una carta magna».
A las críticas a la promulgación de la reforma, se sumó este sábado un antecedente que ya era «secreto a voces», pero que la presidenta de RD procuró confirmar.
Se trata de la idea de que el acuerdo fue firmado bajo amenazas de que si no se firmaba, se llamaría nuevamente a Estado de Excepción para sacar al Ejército a resguardar el orden público.
«El acuerdo constituyente comienza a surgir en un contexto de profundo temor de la institucionalidad a las siguientes 48 horas que empezaban a vivirse en Chile (…) Esto yo nunca lo he contado, pero entiendo que estamos en un espacio de confianza, creo que también estas cosas tienen que empezar a formar parte de lo que el pueblo de Chile conoce. Un día lunes nos empiezan a decir que hay 24 horas para cerrar un acuerdo por que sino, el gobierno amenazaba con que los milicos iban a volver a la calle» afirmó Catalina Pérez el pasado sábado (min 45:33), señalando también que «eso era lo que se nos comunicaba abiertamente desde la derecha y desde sectores de gobierno».
