Luego del fatal hecho ocurrido en el zoológico Parque Safari de Rancagua, donde una trabajadora falleció tras ser atacada por un tigre, los trabajadores del recinto desmintieron la versión del gerente Antonio Rojas, quien responsabilizó a los empleados por la muerte de la joven de 21 años.
Según había señalado Rojas, “todos los animales estaban encerrados con llave en el safari de leones, pero por razones que se investigan, un tigre no ingresó a su habitación”. Además, de acuerdo a su versión, la joven fallecida, Catalina Fernanda Torres Ibarra, pertenecía al grupo de mantenimiento y se encontraba haciendo labores de aseo rudimentarias.
Rojas apuntó también a que los empleados “por alguna razón abrieron el recinto que estaba con candado”, expresando que no sabía “por qué ni para qué lo abrieron”, y que algo debía haber fallado comunicacionalmente.
Sin embargo, Carol Orellana, trabajadora del zoológico Parque Safari, desmintió las declaraciones de la jefatura del recinto a la prensa, asegurando que “todo lo que está diciendo don Antonio, que es el gerente de este parque, es falso. (…) No activaron el protocolo del parque, no hicieron nada. No fue culpa de ella, no fue culpa del animal, fue culpa del parque que no hizo nada”.
Incluso, la funcionaria afirmó que “la niña que falleció no trabajaba en manejo animal, ella era guía de safari como todas nosotras”, según recoge Radio Bío Bío.
“Nosotras no teníamos por qué hacer ese trabajo, nosotros lo hacemos por que lo daban como horas extras y es beneficiario para nosotros, pero ese no es nuestro trabajo”, añadió.
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Según transparentó Orellana, “nuestro trabajo es estar arriba del camión y hacerle el tour a la gente para enseñarles sobre los leones y los tigres, nada más que eso”. En ese sentido, declaró que la joven víctima nunca entró a la jaula del tigre.
“Nadie le dijo que el tigre estaba suelto, ella simplemente entró. (…) Incluso, cuando nos mandan a limpiar el recinto de los tigres o leones, siempre nos comunicamos por radio y preguntamos si están encerrados los felinos. En esta ocasión también preguntaron y ellos dijeron ‘okey, que les vaya bien’”, aseveró.
De acuerdo con el medio citado, otra funcionaria reveló que, pese al riesgoso trabajo que desempeñan, en el Parque Safari no tienen ningún tipo de seguros. “Una vez vinieron los de inspección del trabajo y ahí recién se preocuparon de hacernos un contrato, porque anteriormente no teníamos”, explicó.
Y una tercera compañera de trabajo de la víctima contó que, en su tercer día, cuando le estaban haciendo la inducción como guía de safari, “un tigre me mordió el dedo y me lo cortó en cuatro partes”.
“Hay que recalcar que aquí en Parque Safari al primer día te mandan a trabajar con los leones. Si tú sales a alimentar al tigre o al león, quedas contratada al tiro”, aseguró la funcionaria.