Este 28 de diciembre, el mundo hispano festeja lo que se ha denominado ‘El Día de los Inocentes’, fecha en la que a través de engaños y noticias falsas, se trata de exagerar o adulterar una verdad con el fin de hacer bromas a las personas.
Sin embargo, escarbando en la historia, nos encontramos con que esta conmemoración nace desde un relato bíblico trágico ocurrido durante los primeros años tras el nacimiento de Jesús.
Según la tradición cristiana, un 28 de diciembre ocurrió la matanza de niños menores de dos años, ordenada por el Rey Herodes I El Grande, debido a que conoció la noticia del nacimiento del “Mesías” Jesucristo. Con el fin de acabar con su vida, ordenó que murieran todos los bebés nacidos hacía poco en Belén.
Herodes, al conocer sobre el advenimiento del hijo de Dios, temió perder todo el poder que ostentaba y en su insana ambición, pensó en asesinar a todos los ‘santos inocentes’ de su pueblo.
¿Por qué se hacen bromas en el Día de los Inocentes?
La fecha cristiana comenzó a mutar con el paso de los años conforme avanzaban las tradiciones paganas en la época romana.
Entre el 17 y el 23 de diciembre se festejaban ‘Las Saturnales’, unas fiestas en honor a Saturno, donde las personas adornaban sus casas, encendían velas con el fin de iluminarlas y se entregaban regalos a familiares, amigos y vecinos.
Poco a poco, la Navidad (entrega de regalos) y el Día de los Inocentes (Fiesta de Locos) empezaron a variar y adoptar la personalidad propia que conocemos hasta el día de hoy.
En relación a la Fiesta de Locos, se realizaban bromas y engaños para reírse de los familiares y vecinos, y como coincidía con la conmemoración del Día de los Santos Inocentes, empezaron a fusionarse y a transformarse.
Esto es lo mismo que el ‘April Fools’ Day’, fecha en que el mundo anglo realiza bromas a sus cercanos el 4 de abril.