Este lunes, después que se dio a conocer un robo de más de 50 armas de grueso calibre, en un edificio perteneciente al Ejército de Chile, desde la oficina de Comunicaciones y Relaciones Públicas del instituto castrense entregaron nueva información al respecto.
De acuerdo con un comunicado público emanado del Instituto de Investigaciones y Control (IDIC), organismo donde se realizó el crimen, en el robo de cerca de 50 armas habría participado un empleado civil, que ya se encuentra detenido.
“En la madrugada de hoy, en circunstancias que son investigadas, fueron sustraídas desde el banco de prueba del IDIC, armas de puño (pistolas) y otros accesorios de internación particular, y que se encontraban almacenadas para su respectiva certificación, conforme a lo establecido en la ley N.o 17.798 ‘Control de Armas’”, comienza el texto.
Agrega que, según los antecedentes recabados hasta el momento, que están sujetos a investigación, “un empleado civil de este instituto, el que se encuentra detenido y prestando declaración a Carabineros de Chile y a las Respectivas Fiscalías, habría facilitado la sustracción y entrega de las armas a una organización delictual, siendo ello detectado por personal de guardia, quienes activaron los protocolos dispuestos”.
“Los hechos fueron inmediatamente denunciados a los tribunales de justicia, tanto en el Ministerio Público, con el propósito que se determine las responsabilidades de personal civil en este grave ilícito, como también en la Fiscalía Militar a fin de establecer la posible participación de personal institucional”, indica el texto.
“Paralelamente, se ha dispuesto la apertura de una investigación sumaria y así determinar las circunstancias y responsabilidades administrativas que de este hecho se deriven”, concluye el comunicado del Instituto de Investigaciones y Control del Ejército.
Robo al Ejército sin intimidación
Cabe recordar que, según las primeras informaciones aportadas por Carabineros, 56 armas fueron sustraídas del IDIC ubicado en calle Pedro Montt, muy cercano al Centro de Justicia.
Un grupo de desconocidos llegó hasta el lugar, asegurando que venían a buscar estas armas, identificándose como proveedores, por lo que los funcionarios militares se las entregaron sin problemas y sin mediar intimidación, debido a que un superior les habría avisado que esto pasaría.
Sin embargo, tras la entrega de las armas, quedó al descubierto que dicho superior no fue el que hizo el llamado, sino que alguien se habría hecho pasar por él.