Esta semana en el Sexto Tribunal Oral en lo Penal concluirá el juicio contra «Los Risas», una banda de la zona sur de Santiago dedicada al narcotráfico que llegó a ser de las más influyentes.
El grupo estaba liderado por los tres hermanos Toloza-García: Mauricio, Alejandro y Ángelo, quienes estaban a la cabeza de una estructura que en sus momentos de mayor actividad tenía una clara jerarquía y roles definidos.
Los tres ya fueron capturados, junto a otras 12 personas detenidas, cuando la Policía de Investigaciones (PDI) en colaboración con la Fiscalía realizó allanamientos coordinados a diversos domicilios.
En uno de esos operativos se logró encontrar una evidencia clave: un cuaderno con los movimientos de la agrupación y los roles de sus integrantes.
La central de operaciones de Los Risas se encontraba en una casa denominada «la City» en la población La Bandera, aunque tuvieron dos sedes más en San Ramón y La Granja.
El Ministerio Público llevó a cabo investigaciones por los delitos de asociación ilícita para el narcotráfico, tráfico de drogas, infracción a la ley de armas y lavado de activos.
Detalles de la investigación
De acuerdo a los antecedentes hallados en la investigación judicial, las primeras operaciones que lograron ser rastreadas por el ente persecutor ocurrieron en 2015 e implicaron la importación de cargamentos de droga desde Bolivia, según información de Biobío.
Las indagatorias también muestran que en las transacciones que realizaba la organización se llegaban a hacer pagos por $30 millones y movimientos a distribuidores más pequeños que llegaban a los $100 millones.
Uno de los principales elementos que permitió que Los Risas fueran descubiertos era el uso de vehículos de alta gama, mansiones, vínculos con deportistas y artistas de música urbana, lo que los hacía fácilmente reconocibles.
El estilo de vida ostentoso también era una manera de demostrar su poderío frente a otros grupos dedicados al narcotráfico para disputar territorios.