El choque en estado de ebriedad que, en julio pasado, protagonizó el presidente de la Juventud RN, Javier Molina, está desatando una verdadera guerra civil al interior del partido de oposición.
Según reveló el diario La Segunda este lunes, la directiva juvenil había autorizado a Molina, a dejar momentáneamente el cargo mientras resuelve el tema judicial, que terminaría en noviembre.
Sin embargo, tras conocerse públicamente esta grave falta de Molina, la directiva adulta de Renovación Nacional informó que Javier Molina había presentado su “renuncia indeclinable”, lo que fue desmentido de inmediato.
Siempre fiel a lo expuesto por el vespertino, el mismo Molina acusó una “operación política” para sacarlo de su puesto, lo que desató una gran discusión en un chat de WhatsApp de la Comisión Política RN.
«No sigan incendiando la pradera. Sería lamentable una guerra civil», manifestó Mario Desbordes, extimonel del conglomerado, en ese mismo chat, por lo que llegó la explicación: Fue la directiva la que pidió la renuncia a Molina, quien se negó a entregarla.
“Lamentan que él «se haya asilado» con el resquicio de un artículo que permite la subrogancia temporal, que es por ausencia del país o enfermedad. Por ello, el sábado la mesa por ocho votos y una abstención decidió pedirle la renuncia inmediata”, escribió el diario.
La abstención fue del presidente RN, Francisco Chahuán, quien no estaba de acuerdo con la destitución, pero nadie en la directiva lo acompañó.
«Hemos hecho una advertencia que respeten la institucionalidad, porque la directiva no sólo en esto, sino que en otros temas ha transgredido los estatutos, reglamentos y acuerdos del Consejo General», acusó Mario Desbordes.
La guerra civil de RN entre ‘desbordistas’ y chahuanistas’, seguirá este lunes, en una nueva reunión del consejo.