«Esto es un grave bochorno de la política exterior. Es cierto que es una reunión privada, una reunión informal que admite un tono coloquial, pero es una reunión de trabajo». Con estas palabras se refirió Ignacio Walker, excanciller, a los hechos constatados este martes, cuando una conversación privada de un equipo de Cancillería, liderado por la ministra de la cartera, Antonia Urrejola, en uno de los temas que ha monopolizado la pauta de los medios de comunicación local, además de la repercusión que generó en Argentina, dado que en el diálogo se cuestioanaba al embajador del país vecino en Chile, Rafael Bielsa, a propósito de unas declaraciones que hizo el diplomático tras el rechazo al proyecto minero Dominga.
«Todo lo que se advierte en el audio, en la forma, es vulgaridad, puerilidad, impericia, liviandad (…) así no se hace política«, agregó luego en diálogo con Cooperativa, en medio del revuelo generado por la filtración.
Paralelamente, el exministro de Relaciones Exteriores apuntó a la responsabilidad del Ejecutivo, asegurando que «es cierto que aquí, hay una nueva generación joven que no tenía experiencia en asuntos de Estado, pero eso es un atenuante, no es un eximente, no los exime de responsabilidad. Es cierto que está habiendo un proceso de aprendizaje, con mucha autocrítica, reiterada en una serie de temas».
«Uno no puede pautear al Presidente de la República o a la canciller, tengo mucho respeto por ambos, pero ya es hora, cuando se va cumpliendo un año de este gobierno, de dar vuelta la página de las desprolijidades, de la improvisación, del manejo amateur de la política. Eso a mí me parece de suma gravedad», dijo luego Walker, inquieto por el tema.
Pese al lapidario diagnóstico respecto de la manera de operar en Cancillería, aseguró que «esto en nada va a afectar la relación bilateral entre Chile y Argentina, y creo que las palabras del presidente Alberto Fernández son bastante elocuentes, bastante claras, en cuanto al ánimo de dar por superado este incidente».