Andrea Sato, investigadora de la Fundación Sol, abordó en conversación con El Desconcierto los reparos que mantiene el centro de investigación respecto al proyecto de ey que reduce la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales, aprobado recientemente en el Senado.
Principalmente, desde la Fundación Sol apuntan a las indicaciones incorporadas en enero de este año a la propuesta original, presentada el 2017 por las diputadas comunistas Karol Cariola y Camila Vallejo, actual vocera de Gobierno.
Según la investigadora, lo complejo de estas indicaciones, que fueron presentadas desde la derecha y el mundo empresarial, es que incluye distintos “mecanismos de flexibilidad en la propuesta original”, que derivan en acuerdos entre las partes.
“La crítica general es que el proyecto desconoce que hay una asimetría de poder entre empleadores y trabajadores”, lo que “es no comprender el conflicto central que existe entre quienes tienen el poder económico y quienes pueden vender su fuerza de trabajo”, explica Sato.
“Muchos de esos acuerdos que se hablan desde empleados y empleadores, finalmente son decisiones unilaterales que se imponen sobre los trabajadores y trabajadoras. El gobierno parece pecar de ingenuo cuando propone los acuerdos con los sindicatos o propone los acuerdos con trabajadores y trabajadoras en torno a su jornada horaria, porque sabemos que la realidad de Chile es otra”, agrega la investigadora.