Autolesiones en hombres jóvenes están vinculadas a estigma de «masculinidad»

Por cada cuatro mujeres que presentan autolesiones no suicidas, hay tres varones que siguen la misma conducta motivados por las mismas razones: no poder regular adecuadamente sus emociones displacenteras. 

Sin embargo, en el caso de los hombres este fenómeno está asociado a la supresión de las emociones y al concepto de masculinidad. “Hay un mandato con este lineamiento de que el hombre tiene que ser fuerte y que los hombres no lloran”, explicó la psicóloga e investigadora de postgrado de Imhay de la Universidad de Chile, Valeria Brito. 

Según Brito, este tipo de autolesiones se relaciona con las barreras de los hombres de consultar a profesionales de la salud mental debido al estigma asociado a la masculinidad, por lo cual contactó a un grupo de jóvenes de identidad y género masculino de entre 18 a 19 años que hayan presentado autolesiones durante el último año para entender esta conducta. 

Represión de emociones y autolesiones 

“Lo que queríamos era estudiar justamente masculinidades, conocer cómo estas autolesiones ocurrían en la población masculina”, señaló la profesional. De hecho, Brito aseguró que a raíz del análisis narrativo entregado por los 11 jóvenes involucrados en su trabajo, fue posible identificar, entre los factores que motivaban los hechos, “experiencias tempranas muy complejas, relacionadas con el haber sido víctimas de abuso sexual, maltrato o acoso escolar”, sostuvo. 

De acuerdo a la académica, estas situaciones se manifiestan en una autoestima baja y pueden desembocar en un rechazo hacia su propio cuerpo y experiencias previas de conducta suicida. “Y aquí entramos en el tema de la masculinidad”, adelantó Brito, indicando que hay un temor de los jóvenes por acudir al psicólogo porque en la generación de sus padres “ir es para locos, hay que tener un problema muy grave para ir al psicólogo”. 

“Cargan con esa limitación de acceso a la salud porque todavía dependen de ellos (de sus padres), todavía hay una dependencia económica”, afirmó. “Ante esta acumulación de tensión por estas circunstancias de vida, encuentran en la autolesión una descarga, mayor calma y tranquilidad. Sin embargo, su efecto es de muy corto plazo y muchas veces está acompañado de mucha culpa”, agrega la psicóloga. 

Barreras generacionales

Entre las autolesiones arrojadas por la investigación realizada por Brito, se desprende que los varones se provocan quemaduras, heridas, golpean objetos o a sí mismos. “Es una forma desadaptativa de regulación emocional, porque se provocan daño físico y psicológico”, manifestó. 

Sin embargo, plantea Brito, la dificultad está en las generaciones más adultas, que se muestran reacias a buscar ayuda profesional en estos temas, pero que gracias a los jóvenes que “levantan la voz y dicen, ‘me pasa eso, estoy pasándolo mal’, están obligando de alguna u otra forma a hablar a los papás sobre este tema y ponerlo sobre la mesa”, Brito. 

Por ello, para la psicóloga en la medida en que “los hombres puedan hablar más acerca de su salud mental y de sus emociones, van a tener una mayor predisposición a acceder a atención en salud mental y a recibir ayuda”. 

“Vimos cómo aquellos participantes que lograron de alguna u otra forma contarle, ya sea a un amigo o a los papás, el hecho de poder verbalizar, explicar y comprender ese malestar contribuyó significativamente en disminuir estas autolesiones”, explicó la profesional.

“En la medida que empecemos a trabajarlo desde edades tempranas, que se puedan entregar herramientas de regulación emocional, que el estigma para pedir ayuda sea cada vez menor, van a estar más resguardados, no sólo con más herramientas, sino también con mayor posibilidad de pedir ayuda en el caso que lo requieran”, asegura Brito. 

¿Dónde pedir ayuda? Pueden contactarse al fono Salud Responde, 600 360 7777 o a Prevención del Suicidio *4141.