«Un Golpe de Estado no tradicional», fue la calificación del expresidente Sebastián Piñera sobre el estallido social del 18 de octubre de 2019 que ocurrió durante su segundo mandato, y cuyas manifestaciones estuvieron caracterizadas por una fuerte represión policial.
Sus declaraciones llegaron ad portas del encuentro del Grupo Libertad y Democracia en Buenos Aires, Argentina, donde el empresario se refirió al debilitamiento de la democracia en América Latina, al proceso histórico que enfrentó durante el 2019 y a las responsabilidades de la izquierda, en su opinión, para justificar la delincuencia.
Fue precisamente en una entrevista con Radio Mitre donde Piñera, al ser consultado si durante su periodo sufrió un intento de derrocamiento, aseguró que durante el estallido social su gobierno recibió «un Golpe de Estado no tradicional, porque no fueron las Fuerzas Armadas«.
«Este fue un Golpe de Estado para debilitar las bases mismas de la democracia y usaron brutalmente la violencia. Era una violencia irracional, estaban dispuestos a destruirlo y quemarlo todo, iglesias, colegios, hospitales, monumentos, plantas de energía, lo que se cruzara en su camino», señaló.
Fuego, el «aliado de estos terroristas»
Al respecto, el exmandatario apuntó que «el fuego fue un gran aliado de estos terroristas anarquistas que quisieron destruir nuestro país», y se aventuró a analizar el proceso constitucional en que culminaron las movilizaciones del estallido social.
«Afortunadamente Chile resistió, y después tuvimos un plebiscito por una Constitución, en que -en mi opinión- volvimos a poner las cosas en su lugar y a comprender que los países avanzan cuando hay estabilidad política que permita dar proyección», agregó.
Cabe recordar que, tras el fracaso del proceso constitucional anterior, el país se enfrascó en la redacción de una nueva Carta Magna que será aprobada o rechazada a fines de este 2023.
Críticas a Gabriel Boric
Sebastián Piñera también se refirió al actual gobierno del Presidente Gabriel Boric, criticando su falta de «conducción» del país y los problemas de, a su juicio, «estancamiento económico, inseguridad, falta de confianza y acuerdos básicos».
«Chile durante 30 años crecía con mucha fuerza, con mucho vigor, por eso pasamos de la medianía de la tabla a encabezar América Latina en ingreso per cápita, desarrollo humano o cualquier otro indicador. Pero hoy día estamos muy estancados, no estamos creciendo, tenemos graves problemas de inseguridad, también narcotráfico, crimen organizado y terrorismo en el sur de Chile«, añadió.
Al mismo tiempo fue crítico con la izquierda acusando que fueron «condescendientes con los delincuentes» y que «justificaba la violencia como una forma de instrumento político», lo que «sembró un clima y debilitó mucho a las policías porque estaban permanentemente siento atacadas», cerró.