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Gabriel Gaspar y modelo Bukele en El Salvador: «Es necesario estudiar experiencia» en Chile

Por: Carolina Ceballos | Publicado: 20.02.2024
Gabriel Gaspar y modelo Bukele en El Salvador: «Es necesario estudiar experiencia» en Chile Gabriel Gaspar | Agencia Uno
Recientemente llegado de El Salvador, país donde su presidente Nayib Bukele ha instalado una estrategia de tolerancia cero ante la delincuencia, el exsubsecretario del PS no cierra filas con sus detractores y ofrece una mirada distinta, planteando que es una experiencia que debiera estudiarse con atención, y «por qué no, aplicarlas a nuestra realidad».

Con diversos temas de interés ciudadano dando vueltas en nuestro país, donde los primeros meses del año han sido intensos en cuanto a contingencia, Gabriel Gaspar (PS), el exsubsecretario de Defensa, es voz autorizada para hablar de materias como la citación al Consejo de Seguridad Nacional (Cosena) del Presidente Gabriel Boric, además de la experiencia de tolerancia cero contra la delincuencia de El Salvador, de donde viene llegando hace unos días, lo que lo mantiene muy actualizado respecto de esta realidad que también comparte en diálogo con El Desconcierto.

Atendiendo a la experiencia de El Salvador, donde Nayib Bukele ha instaurado una política de tolerancia cero contra la delincuencia, con todo el despliegue carcelario que conocemos, algo que aparentemente es visto como una solución al crimen organizado, ¿es replicable esta política en Chile?

– La seguridad ciudadana en El Salvador ha experimentado un radical cambio en relación a los años anteriores. La población hoy no se siente amenazada por las pandillas o ‘las maras’, que hasta hace poco controlaban el territorio y amenazaban a la población. Es una experiencia valiosa que es necesario estudiar con atención y, por qué no, aplicarlas a nuestra realidad. Todo ello debe ser evaluado por nuestras autoridades como alternativas en la lucha contra el crimen organizado transnacional y las bandas delictivas que han avanzado peligrosamente y disputan nuestro territorio sembrando el miedo y la muerte, acrecentando su poder y violencia.

Dadas las obvias diferencias entre ambos países, asumo que no basta con tener la voluntad disuasiva de parte de las autoridades, ella se debe acompañar de la capacidad disuasiva, lo que implica muchas cosas, entre ellas tener muy claro el objetivo que el Estado busca (recuperar el control del territorio), e instituciones capaces de diseñar e implementar esa planificación para el logro de objetivos planteados.

«Hay que atacar la raíz»

¿Qué lecciones se pueden sacar para Chile de esta experiencia de El Salvador?

– Por ejemplo, destaco cómo El Salvador ha enfrentado esta lucha con mirada integral y lo vi cuando fui invitado a conocer el proyecto CUBO en el que niños y jóvenes se relacionan de manera positiva en torno al deporte, la lectura, pero también a sus padres con, por ejemplo, capacitaciones y cursos sobre nuevas tecnologías para madres mientras sus hijos practican un deporte o sólo bailan con la guía de un profesor.

Eso, sin lugar a dudas, es también invertir en seguridad ciudadana, pero preventiva, al evitar que esos jóvenes sean tentados por las drogas o por las maras (estructuras urbanas de crimen organizado). Hoy esos jóvenes sienten no sólo que son considerados por una sociedad que hasta hace poco les marginaba e ignoraba, sino que tienen un futuro y un espacio para ello.

Se sienten salvadoreños de nuevo, y están muy motivados en alcanzar sus sueños. Eso hace algunos años era impensable. Las maras eran el único camino para ellos, o eso creían. Eso es proteger y defender los derechos humanos, pero no de los delincuentes, sino de niños, jóvenes y de todos los salvadoreños.

Pero insisto, hay que atacar la raíz misma, el origen del problema, y, simultáneamente, la emergencia criminal de hoy. Esto demorará años, pero hay que hacerlo bien y pronto.

Respecto al Cosena, ¿qué tan útil puede ser un despliegue de las FF.AA en la calle para proteger la infraestructura crítica, considerando además que ya el comandante en jefe del Ejército manifestó sus reparos en este encuentro?

– Valoro la convocatoria al mecanismo, dado que permitió que las altas autoridades del Estado se informaran de manera directa de la opinión de todos los participantes. Pero como muchos indicamos previamente, la convocatoria se restringió a la opinión sobre la llamada infraestructura crítica, especialmente su detalle legislativo. Siendo algo importante, considero que la grave situación que se vive en el país en materia de seguridad, requiere de la construccion de una mirada más amplia en abordar activamente los tres focos de inseguridad que hoy padecemos: Macrozona Norte, La Araucanía y la ola delincuencial y criminalidad en las grandes urbes del país.

Valoro opiniones como las del presidente de la Cámara de Diputados (Ricardo Cifuentes), que relevó la necesidad de analizar esta emergencia más allá del mencionado proyecto de ley. Muy coincidente, además, con lo que dijo el director general de Carabineros (Ricardo Yáñez) respecto a la necesidad de una mirada sistémica del problema y lo añadido por el presidente de la Corte Suprema (Ricardo Blanco), que mencionó la necesidad de recuperar el control territorial.

El Cosena no es un ente de análisis legislativo. Es un consejo asesor presidencial para la seguridad nacional. Puede definir alternativas plausibles, posibles o descartar cursos de acción según información actualizada de todos los poderes del Estado y sus capacidades al servicio de un objetivo final deseado, pero es el jefe de Estado quien finalmente decide.

Se «requiere asumir la realidad»

¿Qué opinión le merecen las posturas evidenciadas tanto por el Ejército, como de las policías, la Armada, la Fuerza Aérea y las policías en el Cosena?

– En relacion a las FFAA y sus opiniones, ellas han sido expresadas de alguna manera anteriormente, y son coincidentes, la sesión del Cosena permitió que los demás poderes del Estado se enteraran de manera directa de dichas apreciaciones. Recordemos que por ley y Constitución Política de la República de Chile, las FF.AA sólo pueden expresarse a través de sus respectivos comandantes en jefe por vía del ministro al Presidente de la República, esa es su línea de mando, y también su conducto regular.

Cuando ello no funciona de modo fluido, se crean estas ‘nubes,’, ya que las FFAA no dependen de ningún otro ministerio; entonces se crea un atasco, una incomunicación que deriva en una desconexión que en la práctica podría ser peligrosa para el país y para la seguridad nacional.

Independientemente de la labor que asuman las FFAA en un eventual resguardo de la infraestructura crítica, ¿qué tan relevante y efectivo podría ser su despliegue en la calle?, ¿qué mensaje se le enviaría a las mafias y a quienes están hoy tras el delito en Chile?

– En mi opinión, hoy existe una innecesaria ‘elasticidad’ en el concepto de ‘infraestructura crítica’, y no es la panacea. Se le presenta como una fórmula casi mágica, sin reconocer que los tres focos de inseguridad ya mencionados requieren de políticas muy precisas. A la fecha, hemos desplegado FF.AA. en la frontera norte y en La Araucanía, pero no hemos evaluado -o la ciudadanía no conoce- cuál es el resultado de ese despliegue, ello se debe en gran parte a que el Estado no ha precisado con exactitud lo que pretende alcanzar con el despliegue militar en cada caso, lo que militarmente se denomina ‘la consigna’. Construir una apreciación del exacto nivel de riesgo y amenaza que se presenta en cada una de estos tres focos de inseguridad está pendiente. Sigue pendiente, como lo he reiterado en varias ocasiones.

Requiere asumir la realidad, visión nacional y estatal y, sobre todo, mucha experiencia. Escuchar a las autoridades institucionales -que son las que tienen la experiencia- y redefinir con exactitud la misión. Esa es la base sólida para construir soluciones a largo plazo, con resultados tangibles. Para ser realista, sólo ahí podríamos enfrentar de manera eficiente a las mafias y delincuentes que creen que en Chile no estamos preparados para enfrentarlos de manera coordinada, ordenada y usando todas las capacidades del Estado, sin dudar. No podemos atacar al crimen organizado con un Estado desorganizado.

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