Una vez más, miles de argentinos han emprendido el viaje a Chile, esta vez no solo por el paisaje montañoso o la hospitalidad chilena, sino por un artículo en particular: el atún.
En una travesía que se ha convertido en un fenómeno regional, los argentinos han cruzado la cordillera de los Andes durante el fin de semana largo en busca de latas de atún a precios considerablemente más bajos que los que encuentran en su país.
El atún, un elemento básico en la dieta de muchas familias argentinas, ha experimentado un aumento significativo en su precio en los últimos años, superando incluso las tasas de inflación.
Según un estudio comparativo realizado por la consultora Focus Market y citado por el periódico Clarín, el precio de una lata de atún en pesos argentinos ha aumentado un asombroso 317% desde 2023 hasta 2024, superando con creces la inflación interanual, que alcanza el 276,2%, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).
Este aumento exorbitante ha llevado a los argentinos a buscar alternativas fuera de su país, y Chile se ha convertido en un destino atractivo gracias a sus precios más bajos y a la reciente reducción de impuestos anunciada por el ministro de Economía, Luis Caputo, para productos básicos de alimentación importados, incluyendo el atún.
La odisea para cruzar la frontera no ha sido fácil, con largas esperas en la Aduana Los Libertadores y quejas por la burocracia y la inspección exhaustiva de productos.
Sin embargo, el premio de obtener atún a un precio mucho más asequible ha valido la pena para muchos argentinos, quienes ven en esta travesía una oportunidad para mitigar el impacto de la inflación en su economía doméstica.
En resumen, el atún se ha convertido en el símbolo de la travesía de los argentinos hacia Chile en busca de productos más accesibles, destacando la cruda realidad de los precios en medio de la inflación y los ajustes económicos en Argentina.