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Migración: Estudio descarta xenofobia extrema pero analista habla de intimidante «avalancha»

Por: Carolina Ceballos | Publicado: 04.05.2024
Migración: Estudio descarta xenofobia extrema pero analista habla de intimidante «avalancha» Imagen referencial | Agencia Uno
Los recientes hallazgos de la Encuesta Bicentenario de la UC evidencian una conflictividad al alza entre chilenos e inmigrantes, pero en el desglose se advierte una apertura al acceso de beneficios sociales de los extranjeros, un fenómeno que analiza con una persepectiva más integral, el responsable del sondeo, Ignacio Irarrázaval.

Hace unos días, la Universidad Católica oficializó su última entrega de la Encuesta Bicentenario UC, contexto en el que se abordó el tema alusivo a los principales conflictos que mantiene el país apuntando a distintas variables.

Específicamente en el ámbito de los conflictos más importantes que reconocen las personas consultadas, el de los chilenos e inmigrantes alcanza 78%, una materia que conversamos con Ignacio Irarrázaval, director del Centro de Políticas Públicas UC y encargado del sondeo, quien comparte sus apreciaciones desglosando algunos índices relevantes de esta dimensión del estudio.

«Es súper preocupante la percepción de conflicto de los chilenos con los inmigrantes, hay un clima de mayor conflictividad», asegura antes de plantear que «el proceso migratorio en Chile no ha sido un proceso, ha sido una avalancha, en menos de 15 años nos hemos transformado en un país de migrantes. Y si bien hay tradición de migraciones históricas, la masividad y lo puntual, lo rápido que ha sido, porque en menos de una década tenemos casi un décimo de la población que vive en Chile como migrante, eso ha asustado a la gente».

Chilenos e inmigrantes gráfico

Encuesta Bicentenario UC

Adicionalmente, complementa, «el tema migrante se ha ido asociando cada vez más al de la violencia, casi 90% de la población asocia migración a la violencia. Aun así, viendo el vaso medio lleno, muy poca gente declara haber tenido un conflicto efectivo con un migrante».

No obstante, «casi 70% de la población dice que los migrantes con los papeles al día podrían ser beneficiarios de la política social», esto es «salud vivienda y educación», a lo que se suma que «un porcentaje alto dice que los migrantes no ponen en conflicto las oportunidades laborales de las personas», dice advirtiendo que los hallazgos del sondeo «hay que leerlos con harto cuidado», apuntando a una mirada más integral.

No hay una mirada tan xenófoba

Siguiendo con su análisis, Irarrázaval asegura que en el fondo, lo que se lee a través de los antecedentes recogidos, es «que no hay esa mirada tan xenófoba como se ha dicho, hay un temor a una migración descontrolada, excesiva, a que el control de fronteras no ha estado funcionando, pero no hay un desprecio a la situación de los migrantes, ni ha habido conflicto en el uno a uno».

También, dice, «la población chilena acepta que los migrantes que están establecidos puedan acceder a beneficios sociales, este fenómeno no es común en Europa, el mayor conflicto con la migración en Europa es el acceso a la salud, a la educación y el conflicto por la pérdida de empleos».

«Esta mayor conflictividad, y la lamentable asociación entre migración y delicuencia, claramente la vemos, porque ha habido hechos gravísismos, pero el grueso de la población no tiene problemas con los migrantes», dice abogando por la necesidad de entender el fenómeno migratorio «en su cabalidad».

En consecuencia, asevera, no se advierte «un rechazo al migrante per se, es un rechazo a una política migratoria que se ha desbordado en una década o década y media, es un fenómeno muy reciente, es comprensible que la población esté asustada, sin mucha respuesta, pero no es que en el trasfondo haya una mirada intrínsecamente xenófoba, porque hay una aceptación en tanto cumplan con la legalidad en su acceso al país, y eso vemos que claramente no se está cumpliendo».

«Diría que la cosa es un poco distinta, hay un poquito de esperanza, pero es una irrupción muy rápida», dice recalcando que «el fenómeno migratorio es demasiado reciente, demasiado masivo, y si se le quiere agregar algo, invasivo, pero necesitamos de la migración», dice.

Cambio cultural ha sido muy rápido

«En Chile, si bien hemos progresado mucho en los últimos 30-40 años, hemos sido un país andino, con bastante isla, un país en el que si bien hay migración, los alemanes que llegaron al sur eran cerca de mil, dos mil. La migración croata que conocemos en Magallanes y Antofagasta, los Luksic, todos esos apellidos que conocemos generaron industria, pero fueron pocas personas que generaron condiciones, la masividad de la migración actual es lo que asusta», releva Irarrázaval.

«Hay un cambio cultural que ha sido muy rápido», agrega.

Desde las políticas públicas, hacia dónde debiera ir Chile, es lo que le consultamos a renglón seguido a Irarrázaval. «Creo que se han hecho mejorías, se le ha desconocido el mérito, en el gobierno de Piñera se hizo bastante por digitalizar todos los procesos», sostiene.

«Diría que ahí se hizo un progreso, hoy buena parte de las visas se hace de manera digital, aún así sabemos que el sistema no da abasto, por eso está todo el problema de la discusión de la política migratoria, si es conveniente o no sanear la situación de las personas que han entrado ilegalmente, ahí hay posturas, hay gente que dice: ‘si lo saneamos, estamos legitimando’. Y si no lo saneamos, ¿se pueden expulsar?», complementa.

En este sentido, asegura que «la salida es ordenar la frontera y tener una política migratoria clara», dado que esta y su implementación han sido ambivalentes.

Sin embargo, desde una mirada más optimista asegura que, si bien hay «un servicio migratorio y eso es un triunfo del país, porque la ley es antiquísima, tenemos un servicio migratorio que está funcionando».

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