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Sebastián Depolo, candidato a gobernador metropolitano de RD, y sus adversarios de la ex Nueva Mayoría: «Ellos son parte del problema»

Por: Sebastián Reyes | Publicado: 10.11.2020
Sebastián Depolo, candidato a gobernador metropolitano de RD, y sus adversarios de la ex Nueva Mayoría: «Ellos son parte del problema» | Fotografía de Fernando Ramírez
El candidato de Revolución Democrática para gobernador de la Región Metropolitana, Sebastián Depolo, conversó con El Desconcierto sobre este desafío electoral, en un momento en que Chile clama por más oportunidades de participación ciudadana en políticas públicas, y en el que los liderazgos de los partidos están más cuestionados que nunca. Para el sociólogo, la clave está en que sean caras nuevas las que se posicionen en este nuevo cargo regional, y no las de quienes son «responsables de los problemas que hoy tenemos en la ciudad».

Tanto por su interés académico como sociólogo, como por su interés político como militante y líder de Revolución Democrática (RD), para Sebastián Depolo, candidato a la Gobernación de la Región Metropolitana, el momento histórico por el que atraviesa nuestro país lo tiene más que motivado para enfrentar este nuevo desafío electoral.

Así se lo transmite a El Desconcierto, en una conversación donde establece, para él, fue «el agote de las expectativas, que por muchos años el modelo neoliberal impuesto en Chile fue generando en la ciudadanía», una de las principales razones de las manifestaciones que comenzaron hace ya más de un año. «Son sueños rotos», agrega.

«Por ejemplo, la educación, que es una punta de lanza de este malestar, tenía que ver con que el modelo te vendía una idea de cómo podía ser el futuro, pero esa idea había que pagarla en cuotas», dice el candidato de RD para este nuevo cargo de elección popular, que posiblemente podría dar mayor representatividad y participación de la población en las decisiones sobre políticas públicas en sus territorios, como es la esperanza de Depolo.

Esperanza que, según el ex timonel de campaña de Beatriz Sánchez, fue la estrategia que utilizó la gente que defendió la opción Apruebo, para derrotar al «miedo» de la campaña del Rechazo. Momento que le recordó un día similar hace 32 años, cuando de niño acompañó a su padre a votar en el Plebiscito para terminar por fin con la dictadura de Augusto Pinochet, en lo que supuestamente sería el comienzo de una transición hacia la democracia. Sin embargo, recién ahora se comienza a ver, tal vez, una luz al final de ese camino.

¿Qué significa para ti, como militante de RD y de un Frente Amplio (FA) que desde un comienzo tenía la consigna de cambiar el modelo político establecido, el estallido y el posterior Plebiscito ganado ampliamente por el Apruebo?

No ha sido fácil para militantes de cualquier partido político. Porque esta fuerza de irrupción social, de masas que demandan, hacen un juicio muy crítico del sistema político. Y nosotros justo habíamos entrado al mundo político en 2017. Pero ya tenemos una bancada parlamentaria, tenemos figuras importantes, alcaldías, concejalías, consejos regionales; entonces, el estallido nos pilla con el primer pie adentro.

Nuestra irrupción política fue en cargos parlamentarios, entonces tampoco tenemos mucha capacidad de resolución de las cosas. Luego de las primeras semanas un poco más complejas, el Frente Amplio fue logrando articular una posición de colaboración con este movimiento social, para darle algún tipo de cauce.

Yo soy de los que cree que parte de la bancada del Frente Amplio actuó bien al firmar una salida institucional, que hoy vemos en el Plebiscito, pero que actuó mal al legislar punitivamente el código penal para darle más atribuciones al Estado para perseguir la protesta social. Entonces, eso generó una tensión importante en el FA, que se fracturó. Y hay que reconocer eso.

Son aprendizajes de cuánto diálogo interno nos falta, cuánta estrategia, cuanta táctica. Ahí yo tengo un juicio más crítico, respecto a ciertos movimientos tácticos que a veces hace la Mesa Nacional del FA, y me gustaría que seamos capaces de tener una política hacia afuera mucho más clara, porque a veces siento que el FA zigzaguea, y la gente que nos está mirando y que quiere confiar en nosotros, duda.

¿Cuándo te parece que el FA ha zigzagueado?

Una vez fue cuando se anticipó la elección presidencial del próximo año. Haber dicho que íbamos a primera vuelta con un candidato o candidata, yo creo que fue un error. El momento no tenía que ver con los actores políticos, tenía que ver con que la ciudadanía se sintiera protagonista de un proceso histórico.

Y eso hoy lo aprendimos, y no hicimos ‘la gran Heraldo’, que se acaba el Plebiscito y anunciamos una carrera presidencial. Hoy, el protagonismo lo tiene que tener la gente, el pueblo.

El segundo momento fue la negociación de las primarias. Creo que eso se podría haber hecho mucho mejor, creo que la propuesta del Frente Amplio era buena. Pero aquí no es sumarnos por sumar, por sumar siglas, es construir una plataforma de ideas que le de salida a la crisis política, social y económica en la que estamos. Entonces, eso se tiene que salir a reparar después.

Creo que a las dirigencias del FA les ha faltado, tanto explicarle a las bases por qué se hacen estos movimientos, como estar atentos a que hay una ciudadanía que nos está mirando, si ve en nosotros o no la posibilidad de construir lo que el pueblo está demandando. Mi opinión es que para eso nos falta fiato, claridad en los mensajes que mandamos a las otras fuerzas políticas y al pueblo movilizado.

Hablemos de este Chile movilizado y los desafíos que trae este contexto para el cargo de gobernador de la Región Metropolitana, en un proceso refundacional del país podríamos decir…

Que la candidatura esté en paralelo con la constituyente, una reforma histórica en Chile, ya que nunca hemos elegido a las máximas autoridades regionales – siempre son designaciones del Presidente -, y el hecho de sacar esa figura, y que aparezca una nueva figura de elección popular, a mi me motiva mucho.

Lo que nosotros proponemos hoy es un modelo de participación ciudadana vinculante para la región, para que las personas se sientan parte de las políticas públicas, y que no esperen que, ojalá, alguien les resuelva los problemas.

¿A qué te refieres con participación ciudadana? Porque, por ejemplo, el candidato Orrego dijo que si ganaba las primarias haría cabildos en las 52 comunas para armar junto a la gente el programa. ¿Te parece buena esta idea? ¿De qué manera se plasmarán estas necesidades de participación en tu programa? De modo que se mantenga como una constante en el tiempo, y no solo para las elecciones…

Que bueno que Orrego tome lo que nosotros hicimos el 2017. Nosotros siempre hemos hecho nuestros programas participativamente, y así también vamos a hacer este. Pero aquí estamos hablando de otra cosa, estamos hablando de la participación efectiva y vinculante en la toma de decisiones.

Un instrumento es la estrategia regional de desarrollo, que se puede construir participativamente, donde no solo salga un anhelo de ciudad, algo declarativo y sin una bajada concreta. Lo que nosotros queremos hacer es que la estrategia de desarrollo regional se construya desde los barrios, comunas, unidades vecinales y organizaciones territoriales, y que sobre esa estrategia se haga un plan de trabajo que sea auditable por la ciudadanía.

Y lo segundo que impulsaremos con mucha fuerza son los presupuestos participativos. Esto es que, parte de las inversiones públicas que toquen a las comunidades, se definan en su priorización, por parte de los vecinos y vecinas.

En el período que se abre no necesitamos un gerente de la región. Lo que necesitamos es una figura política que construya más democracia, más participación, y que enfrente, a mi juicio el mal más grande que tiene la región, que es la desigualdad territorial.

En ese sentido, y con lo que sucedió con estas tres comunas del sector oriente de la capital donde ganó el Rechazo, ¿cómo planeas lidiar con esta desigualdad territorial tan demarcada? 

Primero, yo creo que no hay que demonizar a las personas, porque también hay 40% que votó apruebo en esas comunas, pero claramente aquí hay dos Chiles. Y esos dos Chiles se expresan fundamentalmente en la Región Metropolitana.

Hay un Chile que cree que estábamos bien, y que quienes se quejan lo hacen porque ‘quieren todo gratis’, y habemos una mayoría de personas que no estamos satisfechas con el modelo de sociedad que tenemos.

En esta línea, no es posible que si yo construyo una escuela, una plaza, un Cesfam o un centro del adulto mayor, no tenga un estándar unitario para todo Santiago, porque eso es plata pública, no tiene que ver con los ingresos de la gente que vive en ese barrio. Lo que queremos hacer nosotros es un estándar mínimo de dignidad barrial.

Otra cosa tiene que ver con las vocaciones de los distintos territorios. Til Til, por ejemplo, que queda a 40 minutos de Santiago, es una zona de sacrificio, y eso no puede ser. Necesitamos que Til Til, así como otras comunas de la región, no sean el patio trasero de la capital.

Fotografía de Fernando Ramírez

¿Qué me dices de tus rivales para las primarias dentro del FA, Karina Oliva (Comunes) y María José Cumplido (PL)? Quienes ya anunciaron que sus programas tendrían un enfoque feminista para un nuevo Chile más inclusivo…

Obviamente es una competencia, pero en realidad es una coordinación. Hemos ido juntos los tres a hablar con alcaldes, con Karina fuimos los primeros voceros paritarios del Frente Amplio, es una muy buena líder política. También María José, que encuentro que ha hecho un aporte desde su disciplina de historiadora al relevamiento del rol de la mujer.

En cuanto a cómo planeo competir con sus fuertes programas, desde nuestro equipo creemos que necesitamos una ciudad planificada con un enfoque inclusivo, lo que quiere decir que hay que re pensar cómo hacemos las políticas públicas. También tengo un grupo de apoyo de compañeras con las que vamos a trabajar en este enfoque de una ciudad inclusiva, que no sea amenazante para las mujeres.

Creo que estamos frente a un hecho histórico, que es la primera Constitución paritaria del mundo. Entonces como esto va a ir paralelo con las elecciones de gobernadores, creo que la discusión que hay que dar es cómo se construye ciudad para todos, y en eso yo creo que el rol del feminismo es clave.

Ahora si miramos a Unión Constituyente, la nueva alianza de los partidos de la ex Nueva Mayoría, tenemos candidatos como Claudio Orrego (DC), Helia Molina (PPD) y Álvaro Erazo (PS), que tienen experiencia pero también la desventaja de pertenecer a la política más tradicional…

Mi sensación es que la gente está pidiendo cambios. Caras nuevas e ideas nuevas. Creo que ellos ya tuvieron la oportunidad de gobernar, y que son parte del problema en el que estamos. Entonces creo que la ciudadanía va a tener que elegir el 29 de noviembre, particularmente los independientes que podrán votar en cualquiera de las dos primarias, si le van a confiar este nuevo cargo, a caras viejas o a caras nuevas.

Nuestra propuesta es que la gente se entusiasme con esta idea de una participación ciudadana vinculante, de ser protagonistas del desarrollo de sus barrios, y que opte por los nuevos rostros, en vez de por quienes, si bien tienen experiencia, también son responsables de los problemas que hoy tenemos en la ciudad.

En cuanto a esos cambios de los que hablas, y lo que sucedió con el Plebiscito, tengo entendido que participaste en la coordinación de la Franja ‘Que Chile decida’. ¿Cómo fue esa experiencia? ¿Qué piezas te gustaron más?

Lo que nos pasó con la pandemia, como se aplazó al principio, es que tuvimos que idear un nuevo plan, ya que con la crisis emergió la realidad de la desigualdad. Entonces tomamos dos decisiones: una fue enfocarnos mucho en el segundo voto, donde generamos una idea en la gente que era repetible con el “mixta no”.

La segunda fue la participación de Raúl Zurita, a quien tuvimos en el río justo después de que la policía empujara a Anthony. Entonces, creo que esa emocionalidad que transmitió Zurita hizo un traspaso de generaciones, porque está la caricatura de que el FA le habla a los más jóvenes, pero con eso fuimos capaces de hablarle también a la gente que luchó contra la dictadura.

Aquí con Carabineros tenemos un problema gigante como país, y creo que visibilizar eso en la voz y el rostro de Raúl Zurita, fue un acierto de la campaña que voy a recordar por mucho tiempo.

¿Qué opinión te merece lo que fue la franja del Rechazo?

Yo tengo 44 años y también vi la franja del ‘Sí’ y el ‘No’ en vivo y en directo, tenía 11 para el Plebiscito, y lo que vi ahora me recordó mucho la campaña del terror y el miedo. Siento que ese 20% que termina votando por ellos es gente que está muy miedosa de perder sus privilegios. Saben que son los únicos que se han beneficiado de manera obscena con el modelo de desarrollo que se impuso en dictadura.

Los que sentimos la emocionalidad del estallido apostamos por la esperanza, y eso fue más fuerte que el miedo.

¿Con cuál te quedas? ¿Franja del Sí y el No o la del Apruebo y Rechazo?

Nosotros intentamos pero no pudimos. Tenemos un problema bien grande de fragmentación en la izquierda, y yo creo que hay que sentarse seriamente a ver cómo lo superamos. Lo que tenía la franja del No era que era una franja unitaria, y la nuestra era desunida.

A veces no quedaban tan claros los mensajes, pero hay piezas muy bonitas, también de Apruebo Chile Digno, que fue muy importante, hasta me gustaron algunas de la Democracia Cristiana. Pero las de los otros partidos no me gustaron, porque no entendieron que no se trataba de los dirigentes políticos.

En resumen, me quedo con la del 88 por la unidad, y porque despertó a un pueblo completo que tenía miedo, y que luego de haber pasado una dictadura horrorosamente criminal fue a votar en masa.

¿Te hubiera gustado postular a constituyente?

Sí, en algún minuto fue una opción, pero ya habíamos estado trabajando con el tema de la gobernación – es un gran desafío – y además creo que, dado lo que ha pasado con el Plebiscito, lo que estamos proponiendo desde el FA es que la Convención Constitucional refleje lo más posible esta diversidad de la sociedad que quiere cambios.

Entonces, los partidos tienen que generar las condiciones para que haya una mayoría transformadora en la Convención, pero dar un paso atrás respecto a sus nombres.

La Constitución hoy es una posibilidad todavía, porque hay que construir ese proceso. La Constitución va a estar en disputa, entonces necesitamos que la mayoría del país se sienta representada por esa convención.

Entonces, yo preferiría que hubiera dirigentes políticos de base, territoriales, de partidos, dirigentes sociales, de causas históricas, e independientes, con los mismos derechos todos que los militantes de partidos, para que, efectivamente, en una lista única, nos pongamos de acuerdo respecto a cuál es el país que le queremos dejar a las próximas generaciones.

¿Qué opinas de una posible alianza con el Partido Comunista? Tanto para la Convención Constitucional como para las otras elecciones por venir.

Creo que la unidad para la constituyente es indispensable, si no la ciudadanía va a sentir que esto es un arreglo cupular de los partidos políticos. Ahora, para lo demás, yo creo que hay que sentarse de nuevo a hablar de contenidos.

Yo no tengo ningún problema con el Partido Comunista, pero yo creo que necesitamos superarnos y construir una mayoría más grande. Entonces, si somos capaces junto a las fuerzas de la izquierda de ofrecerle al país un proyecto de transformaciones, eso debería culminar en un frente democrático popular, donde de verdad le ofrezcamos a Chile una mayoría transformadora para lo que viene.

El próximo gobierno la va a tener difícil en dos sentidos: va a tener que garantizar que el proceso constituyente sea exitoso y que Chile se recupere de la crisis ocasionada por el COVID-19. Esas son tremendas urgencias de un Estado, que además se va a estar repensando por el proceso constituyente.

Finalmente, votarías por Beatriz Sánchez para una presidencial? Y en caso de que hubiera primarias y perdiera, ¿apoyarías a Daniel Jadue, por ejemplo?

Cada vez que Beatriz Sánchez ha estado en una papeleta, he votado por ella, y lo voy a seguir haciendo. Si Daniel es el candidato con el cuál podemos producir estas conversaciones, yo no tengo ningún problema en apoyarlo.

Pero hay que ver cómo avanza el proceso. Yo creo que la gente que hoy está lanzando nombres se está equivocando, porque no está entendiendo el momento país. Hoy hay que ofrecerle a Chile un proceso de debate, diálogo y construcción, y a partir de eso, si podemos armar un gran frente político por la transformación, creo que ese es el camino.

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