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Desde el hospital, Cecilia Heyder pide que autoricen su eutanasia: «Si no tengo calidad de vida, quiero morir con dignidad»

Por: Carolina Ceballos | Publicado: 17.12.2020
Desde el hospital, Cecilia Heyder pide que autoricen su eutanasia: «Si no tengo calidad de vida, quiero morir con dignidad» Cecilia Heyder dice que se cansó de luchar contra un sistema que no ofrece garantías de dignidad | Foto: Gentileza
Horas después de presentar un recurso de protección, apelando a su derecho de morir, la activista por los derechos humanos conversó con esta redacción desde el Hospital San José. Con múltiples patologías de larga data, entre las que se encuentran un cáncer de mama, lupus y ahora una septicemia derivada de su déficit del factor VII, una enfermedad que afecta a la coagulación de la sangre, transparenta su necesidad de descansar tras años de padecimientos que admite ya no tolerar.

Este miércoles, horas antes de que la Cámara de Diputados se pronunciara respecto del proyecto de eutanasia, la activista por los derechos humanos, Cecilia Heyder, presentó un recurso de protección pidiéndole a la justicia chilena que la deje morir.

Con múltiples patologías de larga data, entre las que se encuentran un cáncer de mama, lupus y ahora una septicemia derivada de su déficit del factor VII, una enfermedad que afecta a la coagulación de la sangre, Cecilia relata vía telefónica a El Desconcierto, desde el Hospital San José, su necesidad de descansar tras años de padecimientos que admite ya no tolerar.

«Más que chata, estoy molesta, cansada de luchar contra un sistema cruel, de que los médicos no escuchen cuando les digo que no quiero seguir, que el único especialista no acepte que no me voy a someter a estudios, y ahí se quiebra la relación médico-paciente», dice absteniéndose de entregar el nombre del profesional al que alude.

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Posteriormente, Cecilia ahonda en las motivaciones de su cruzada. «Esto es por mi derecho a la eutanasia, me dicen que desahuciada no estoy. Y luego que sí, ‘no podemos hacer nada más porque no sabemos lo que tiene’ y cuando pregunto si estoy desahuciada, me dicen que no. ‘Porque no se quiere someter a estudios’, los médicos son poco humanos, no entienden el dolor del paciente», cuestiona.

Para Cecilia su solicitud no es más que apelar a un recurso justo en medio de un sistema de salud precario. «Me cansé, estoy cansada físicamente de esta lucha. Si no aceptas las reglas de este sistema cruel, no te dejan morir. ¿Con qué calidad de vida (quieren que siga viviendo)? Si no tengo calidad de vida, quiero morir con dignidad», transparenta en medio de su relato.

«Me piden que siga sometiéndome a terapias invasivas, me dicen que ‘esta es la última terapia, es lo último que salió’, en agosto me dio un shock anafiláctico, nadie me avisó, mi cuerpo ya está rechazando todo, sobreviví a 20 dosis de vancomicina, un antibiótico para la septicemia», ilustra luego Heyder al tiempo que admite que hoy su existencia se sustenta en base a un tratamiento de «morfina las 24 horas del día».

Con 54 años, Cecilia tiene dos hijos que no cuestionan su radical determinación. » Una de 22 y un niño de 29, ellos me apoyan en todas las decisiones que he tomado porque son los únicos que pueden hablar de mi deterioro, ellos lo han visto y lo han sufrido», nos cuenta.

Por nuestra parte, le contamos a ella que justamente hoy la Cámara de Diputadas y Diputados aprobó en general el proyecto de ley sobre muerte digna y cuidados paliativos.

«Me parece fantástico, le pediría a los diputados que este proyecto no esté guardado en un cajón, al ministro Paris que sea empático, no puede ser que uno tenga que suplicar un derecho. Yo no puedo decidir de mi vida, si vamos a tener una salud digna igualitaria, hablemos de paliativos, mientras no sea así…», dice Cecilia al enterarse de la noticia.

«Yo lo mandé todo a la cresta el 2015 cuando me trataron, no fui más a control del cáncer, esa batalla la di por perdida, lo único que no me pudo robar la dictadura es mi dignidad y mi consecuencia, filo nomás», nos comenta una resignada, pero decidida Cecilia.

«Por no ir más a tratarme el cáncer estoy pagando ahora las consecuencias», reconoce antes de insistir sobre la actitud de algunos profesionales de la salud en nuestro país.

«La mayoría de los médicos no caminan, levitan, no empatizan, no escuchan a los pacientes», dice quien actualmente lleva casi un mes hospitalizada por septicemia generada «por un catéter periférico central» que se le infectó.

«Quiero hablar con el ministro Paris, que se comunique conmigo, estoy en su hospital regalón y a los señores parlamentarios, les pido que no dejen el proyecto abandonado. Y que los médicos sean más humanos», dice quien luego nos reafirma su necesidad de dejar atrás tantos años de dolor.

«Sería un descanso, no es vida la que llevo, en diciembre del 2019 me dio la última crisis y me vine abajo físicamente», concluye.

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